Actualizado 16/02/2015 11:13

El Rey Momo ya tiene las llaves de Río de Janeiro: arranca el carnaval

El alcalde de Río de Janeiro le cede la llave al Rey Momo
Foto: REUTERS

RÍO DE JANEIRO, 13 Feb. (Notimérica) -

   La ciudad de Río de Janeiro estará gobernada a partir de este viernes y hasta el próximo miércoles por el Rey Momo, después de que el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, le haya entregado las llaves de la ciudad, dando así el pistoletazo de salida al Carnaval carioca, para muchos la fiesta más grande del mundo.

   Como manda la tradición, el Rey Momo es un personaje simpático, entrado en carnes y con buenas dotes para sambar. Este año goza de tal honor Wilson Dias da Costa Neto, que siempre viaja acompañado de su corte de honor: la Reina del Carnaval, Clara Paixão; la primera Princesa, Bianca Monteiro; y la segunda Princesa, Uillana Adães.

   "Cualquier reclamación a partir de ahora se la pedís a él", bromeaba hace unos días el alcalde, que como todos los cariocas tampoco ha escapado al ambiente del carnaval: confesó que a pesar de que su cargo le obliga a tratar por igual a todas las escuelas de samba él está apostando porque Portela triunfe en el Sambódromo.

   Pero al margen de las ceremonias más o menos oficiales la ciudad ya vive desde hace días inmersa de lleno en el Carnaval gracias a los 'blocos', grupos de músicos que desfilan por las calles tocando las célebres 'marcinhas' de carnaval, alegres músicas populares que se han ido transmitiendo de generación en generación.

   Este 'Carnaval de rua' -en oposición al carnaval más famoso de puertas para afuera, que es el que se celebra en el Sambódromo con las escuelas de samba- se ha revitalizado en los últimos años después de décadas de decadencia.

   Recientemente ha crecido de forma espectacular el número de bandas y este año se prevé que desfilen por las calles de Río un total de 456 blocos oficiales. Pero el número total es casi imposible de calcular, ya que cada año se crean cientos de blocos, muchos de ellos improvisados a última hora entre amigos.

MUCHA FIESTA Y TONELADAS DE BASURA

   Los más conocidos congregan a cientos de miles de personas. El Cordão da Bola Preta, por ejemplo, es el más antiguo y el más grande de la ciudad: el año pasado convocó en su recorrido por el centro a 1,3 millones de personas, que además de disfrutar con su música dejaron un rastro de 23 toneladas de residuos, lo que obligó a trabajar a más de 3.000 personas durante horas para devolver las calles a su estado original.

   La suciedad y la enorme cantidad de personas orinando en las calles conforman 'la cara B' del resurgimiento del Carnaval callejero. Durante estas fiestas la ciudad acumulará una media de 1.120 toneladas de basura, lo que supuso un gasto de 848 millones de dólares para las arcas municipales en 2013.

   La situación ha llegado a tal punto que al año pasado los miembros de la empresa de limpieza municipal, Comlurb, se pusieron en huelga en los días clave, cuando la ciudad está abarrotada de turistas, y este año incluso un bloco amenazó con no desfilar si el Ayuntamiento no tomaba medidas para contener la masificación.

   Los músicos del bloco Bangalafumenga anunciaron a través de su página de Facebook que no desfilarían como forma de protesta: "A pesar de la gran cantidad de baños químicos en las calles el número de personas haciendo pis en la calle todavía asusta. Al final de la fiesta lo que queda es simplemente inaceptable", criticaban.

   El desconcierto de los fans de este bloco -que suele reunir a más de 100.000 personas en el Aterro de Flamengo- duró poco. La cancelación se trataba en realidad de una acción de márketing viral para llamar la atención sobre uno de los puntos que ensombrecen el multitudinario y festivo carnaval de Río de Janeiro.