Destaca que el sexo en el mundo animal no tiene sólo fin reproductivo: "Muchas especies que lo hacen por placer o por cohesión social"
MADRID, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
El biólogo y divulgador Ricardo Moure recoge en 'Sexo salvaje' (La Esfera de los Libros) muchas anécdotas de la reproducción en el mundo animal en clave de humor, pero también utiliza este tema para luchar contra cómo "se ha aplicado tradicionalmente al estudio de la naturaleza una visión muy sesgada y heteropatriarcal", según ha explicado en una entrevista con Europa Press.
"Hasta bien entrado el siglo XIX, las abejas no tenían reina. Tenían rey, era el rey abeja. De hecho, había casas reales e instituciones muy poderosas que usaban la abeja como símbolo. Los Borgia, por ejemplo, tenían la abejita como símbolo. O Napoleón, cuando se autocoronó, llevaba abejas estampadas. Fue mucho tiempo después cuando se descubrió que ni rey ni leche, que lo que tenían era una reina, y que en realidad esa reina mandar no mandaba, lo que era, era la madre de todas, que es algo incluso más poderoso, ¿no?", ha puesto como ejemplo.
Moure es biólogo molecular, doctor en Biotecnología Biomédica y divulgador científico, camino en el que se inició tras ganar el 'Famelab' en 2014, el mayor concurso internacional de monólogos científicos. Entre otros, ha aparecido en los micrófonos de Cadena SER, Onda Cero, RNE y frente a las cámaras de RTVE, Movistar Plus y la Sexta. De hecho, el libro nació de una de las secciones que hizo en La Roca sobre "genitales raros de la naturaleza", a partir de la cual le contactó su editor --Carlos Alcelay-- porque "eso tenía un libro".
"Y fue ahí cuando yo pensé ostras, un libro de curiosidades de penes dobles, con forma de hélice, etc., no sé, tampoco quiero hacer esto. Primero, porque tampoco te da para tanto y la gente se va a hartar. Pero, ¿y si es un libro que, utilizando esas (...) cuestiones un poco estrafalarias del mundo del sexo y la reproducción, te da para explicar otras cosas? Yo qué sé. Detrás de que haya un ser como los patos que tienen el pene con forma de sacacorchos, te da para explicar cuestiones evolutivas sobre el conflicto sexual", ha relatado.
El libro tiene capítulos con títulos tan curiosos como 'Mezcla tus genes o muere. Cómo no acabar como un plátano o un Austria' o 'Insectos muy sociales y mucho sociales'. Moure ha destacado lo que le gustó confeccionar el que tiene por título 'Amores diversos. Homosexualidad y bisexualidad en el mundo animal'.
"Todo es bibliografía bastante reciente, porque antes eso no se investigaba, se investigaba muy poco o siempre se consideraba que eso era en muy pocas especies, o solamente en especies domésticas porque los humanos les dejábamos 'turuleta' o en especies que lo que hacían era marcar la dominación mediante el sexo", ha explicado.
Así, ha detallado por ejemplo cómo lo que más les gusta a las chinches es clavar su pene de sable --"se llama literalmente pene con forma de sable"-- en otras chinches que se acaben de alimentar sin importar que esta sea macho o hembra. "Si es un macho, al clavarles ese pene sable en el abdomen, le meten el esperma, obviamente, y cuando ese macho copula con otra hembra, el esperma que le introduce a la hembra, muchas veces no es el suyo, sino el del macho que le ha fecundado antes", ha detallado.
Entre las ideas más popularmente confundidas del mundo animal y del sexo está el pensamiento de que el sexo en el mundo animal siempre tiene un fin reproductivo, cuando "muchas especies que lo hacen por placer o por cohesión social". En este sentido, habla por ejemplo de los bonobos, que utilizan el sexo para resolver cualquier conflicto y evitar que se produzca. Aunque todos tienen comportamientos bisexuales, las relaciones más importantes son las que hay entre hembras.
"Son las únicas en las que el cerebro libera oxitocina, que es la hormona del apego. La hormona que llaman la hormona pegamento. Entonces, estas relaciones lésbicas sirven para que se creen vínculos muy fuertes entre las hembras, se cree una especie de red de hembras súper unidas y les sirve para vivir en matriarcado y dominar sobre los machos", ha puntualizado Moure.
LA DIVERSIDAD AYUDA A LA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA
Más allá de las anécdotas recogidas en el libro, Moure ha defendido que existan investigadores y, además, divulgadores profesionales, aunque ahora mismo sea un sector de trabajo complicado (en el que, en palabras del biólogo, "normalmente eres autónomo y te comes una mierda").
"Una de las cosas que se ha visto que está clarísima, es que la gente acepta mejor los contenidos cuando coinciden más o menos en ideales, en intereses, en forma de ser, con la persona que lo está contando. Cuanta más gente haya de diferente tipo divulgando, mejor, porque va a llegar a más públicos. Es decir, que haya personas jóvenes, mayores, hombres, mujeres, gays, personas racializadas, personas de todo tipo. Esa diversidad en divulgación ayuda", ha recalcado.
El biólogo es consciente de los ataques a científicos en redes sociales, pero también concreta que no se mueve mucho en ellas, por lo que sus contenidos suelen ser compartidos entre personas que le siguen y no le atacan. Además, apunta a que el cambio climático no es tan "troncal" a su divulgación como en la de otros compañeros. "Y también creo que no he tenido tantos ataques en ese sentido por ser hombre, porque en general las que están sufriendo unos ataques brutales de negacionistas climáticos son sobre todo mujeres, o compañeras que se dedican a la comunicación climática", ha añadido.
Sí admite que ha tenido ataques homófobos, que se "intenta tomar a risa", pero también mensajes positivos de seguidores.