Actualizado 23/05/2015 19:58

El Salvador celebra por todo lo alto la beatificación del mártir Monseñor Romero

Catholic faithful attend the beatification ceremony of the late Archbishop of Sa
Foto: JORGE LOPEZ / REUTERS

SAN SALVADOR, 23 May. (Reuters/Notimérica) -  

   Decenas de miles de personas de todo el mundo han celebrado este sábado la beatificación del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, mártir de la guerra civil en El Salvador, en momentos en que el país centroamericano sufre una de las peores oleadas de violencia.

   Romero, un referente en el mundo por sus llamamientos al diálogo y la reconciliación en los años previos a la cruenta guerra civil (1980-1992) comenzó a ser beatificado en San Salvador ante una multitud, tras años de debate en el Vaticano sobre si su mensaje estaba apegado a la doctrina de la Iglesia o respaldaba a la izquierda rebelde de América Latina.

   La ceremonia, oficiada por el cardenal Angelo Amato, un enviado oficial del Papa Francisco, llega como un bálsamo para la sociedad salvadoreña, sumida en una rampante ola de homicidios y violencia atribuida a las violentas pandillas que asolan al empobrecido país centroamericano.

   Las cifras de homicidios de los últimos 23 años son comparables a las 75.000 muertes bajo la guerra civil (1980-1992) que enfrentó al Ejército salvadoreño, apoyado por los Estados Unidos, y la ex guerrilla izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que hoy gobierna.

   Los feligreses clamaban entre cantos y oraciones la intervención de Romero para que llegara la paz en el país.

   Virginia Sánchez, una mujer de 87 años, llegó acompañada de sus hijos el viernes a primera hora de la mañana para acampar en las calles aledañas al templete donde se realiza el acto para seguir de cerca la emotiva ceremonia.

   "Todos los domingos después que él (Romero) terminaba la misa en la catedral, yo salía siempre a darle la mano y abrazarlo. Él me escuchaba y ahora sentimos alegría porque él va a rogar por nosotros, más por esta situación de violencia que estamos viviendo", dijo la anciana a Reuters con lágrimas en los ojos.

   Unas 250.000 personas participaban en la ceremonia, que llegaron en peregrinación desde varios puntos del país y desde otros países llevando camisetas y pancartas con el mensaje "San Romero de América". Su mausoleo y antigua casa estaban abarrotadas de visitantes.

   En el multitudinario acto celebrado en la plaza las Américas de la capital participan hermanos de monseñor Romero, presidentes de la región y el salvadoreño Salvador Sánchez Cerén y delegaciones de todo el planeta.

   En varias calles los feligreses organizaron conciertos, foros y peregrinaciones para celebrar la beatificación y recordar su legado, donde se retoma su mensaje de paz y diálogo.



ACTO DE ODIO A LA FE

   Romero, hijo de un telegrafista y ordenado sacerdote en Roma en 1942, se convirtió en un líder entre la feligresía cuando sus posturas se hicieron más radicales en denunciar las injusticias y las violaciones a los derechos humanos que cometían los cuerpos de seguridad del Estado contra la población.

   El arzobispo fue asesinado por un francotirador el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa en una capilla de un hospital para pacientes con cáncer en San Salvador.

   El Vaticano lo considera ahora un mártir por haber sido asesinado oficiando misa y su beatificación, concretada a instancias del Papa Francisco, se basa en que su asesinato es considerado un acto de "odio a la fe" en la Iglesia Católica.

   Aunque los responsables nunca fueron llevados ante la justicia, una comisión de la verdad de Naciones Unidas determinó en 1993 que el coordinador del ataque fue el mayor Roberto D'Aubuisson, fundador de los sanguinarios escuadrones de la muerte y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), actualmente el principal partido de oposición.

   "La beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez, que fue Pastor de esa querida Arquidiócesis, es motivo de gran alegría para los salvadoreños y para cuantos gozamos con el ejemplo de los mejores hijos de la Iglesia", escribió el Papa Francisco en una carta al arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.

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