Actualizado 23/09/2016 09:29

El Santo, el superhéroe mexicano, que marcó un hito en la lucha libre

El luchador El Santo
YOUTUBE: MICHAEL RAMOS-ARAIZAGA

   CIUDAD DE MÉXICO, 23 Sep. (Notimérica) -

   Si hay un deporte que levante pasiones en México este es la lucha libre mexicana, una mezcla entre artes de lucha y secuencias teatrales, que según los historiadores, se remonta al año 1910, cuando una compañía teatral puso en marcha las primeras actuaciones con luchadores.

   La lucha libre es el deporte estrella del país, solo por debajo del fútbol. Los luchadores, cubiertos con coloridas máscaras, son admirados. Su fama, en muchas ocasiones, abandona el ring y llega a la pequeña y la gran pantalla. Un ejemplo de esto es el caso de 'El Santo', el nombre artístico de Rodolfo Guzmán Huerta, considerado como el luchador más famoso de México y como toda una leyenda del cine de culto.

   Con una carrera de más de cuatro décadas, este viernes se celebra el aniversario del nacimiento de 'El Santo', un símbolo de justicia para los mexicanos y todo un héroe popular que todavía, a día de hoy, sigue proyectando su larga estela en la lucha libre del país.

   Para los mexicanos, Rodolfo Guzmán Huerta era un 'superhéroe', al igual que aquellos que protagonizan las grandes producciones estadounidenses. Con un total de 52 largometrajes a sus espaldas, su éxito en taquilla llegó a México, aunque también al resto de Iberoamérica, así como a países como Turquía y Líbano.

   Aunque Guzmán no fue el creador de este género cinematográfico, ya que este honor corre a cargo de 'El médico asesino', con la película 'El enmascarado de plata' (1952), 'El Santo', que hizo sus primeras incursiones en la cinematografía en 1958, es considerado como uno de los pioneros del sector.

   'El Santo' es considerado como el primer gran producto de mercado procedente de la lucha libre. Después de su muerte, el 4 de febrero de 1984 --a los 66 años--, su hijo, Jorge Guzmán Rodríguez, fue el que adoptó su nombre, bajo el alias de 'El hijo de El Santo'.

UN HOMBRE DEDICADO A LA LUCHA

   Nació en Tulancingo (en Hidalgo, México) el 23 de septiembre de 1917, Guzmán fue el quinto de siete hijos y se trasladó a Ciudad de México en 1920, donde vivió junto a su familia en el barrio de Tepito. Aunque al principio se interesó por otro tipo de deportes como el fútbol o el béisbol, las artes marciales y la lucha entraron en su vida cuando todavía era un adolescente, cuando tomó clases de lucha grecorromana y jiu-jitsu.

   Aunque no existen fechas exactas, muchos consideran que 'El Santo' se inició como luchador en la segunda mitad de la década de 1930, usando nombres como 'Rudy Guzmán', 'El Hombre Rojo', 'El enmascarado', 'El Incógnito', 'El Demonio Negro' y 'El Murciélago II' --copia del conocido como 'El Murciélago', interpretado por Jesús Velásquez--.

   En 1940, Guzmán se catapultó a la fama, gracias, en parte, a la ayuda de su entrenador Jesús Lomelí, que estaba creando un nuevo grupo de luchadores, todos ellos con vestimenta plateada, color que definiría el aspecto de 'El Santo' durante el resto de su carrera.

   El mexicano tenía tres posibilidades, luchar bajo el nombre de 'El Santo', 'El Ángel' o 'El Demonio', de los cuales se decantó por el primero. El 26 de abril de 1940 fue cuando se estrenó finalmente con el nombre de 'El Santo'.

   En un principio, el luchador se posicionó en el bando de los rudos, aunque finalmente se pasó al de los técnicos. Durante los años siguientes, el mexicano continuó puliendo su estilo personal y su forma de luchar.

EL ENMASCARADO DE PLATA

   Finalmente, 'El Santo' pasó a tener reconocimiento mundial bajo el apodo de 'El enmascarado de plata', y formó parte de numerosas historietas y películas, entre las que destacan, 'Santo contra el Cerebro del Mal' y 'Santo contra los Hombres Infernales', ambas estrenadas en 1958.

   El estilo que mantuvo en todos sus filmes fue esencialmente el mismo durante los más de 50 largometrajes que realizó. En todos ellos, 'El Santo' era un superhéroe que se enfrentaba a criaturas fantásticas, científicos locos o, incluso, el crimen organizado, todas ellas con similitudes al género de serie B.

   En ciertas zonas de Europa, sus películas han pasado a la historia como 'joyas' de bajo presupuesto, que pertenecen al cine surrealista mexicano, marcado por el extremo descuido, por la ingenuidad y la fantasía.