Actualizado 24/10/2018 11:16

El telescopio ALMA de Chile permite crear el primer mapa térmico global de la luna Europa

Observación de Europa cpn ALMA
ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), S. TRUMBO / NRAO/AUI/NSF

   MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -

   El telescopio ALMA, dedicado usualmente a la observación del universo distante, ha ayudado a los astrónomos a crear el primer mapa térmico global de la luna helada Europa de Júpiter.

Las nuevas imágenes tienen una resolución de aproximadamente 200 kilómetros, suficiente para estudiar la relación entre las variaciones térmicas de la superficie y las principales características geológicas de la luna.

   Los investigadores compararon las nuevas observaciones de Europa de ALMA con un modelo térmico basado en observaciones de la nave espacial Galileo. Esta comparación les permitió analizar los cambios de temperatura en los datos y construir el primer mapa global de las características térmicas de Europa. Los nuevos datos también revelaron un punto frío enigmático en el hemisferio norte de Europa.

   "Estas imágenes de ALMA son realmente interesantes porque proporcionan el primer mapa global de la emisión térmica de Europa", dijo Samantha Trumbo, científica planetaria del Instituto de Tecnología de California y autora principal de un artículo publicado en 'Astronomical Journal'. "Dado que Europa es un mundo oceánico con potencial actividad geológica, las temperaturas de su superficie son de gran interés porque pueden restringir las ubicaciones y la extensión de cualquier actividad de este tipo", dice.

   La evidencia sugiere fuertemente que debajo de su fina capa de hielo, Europa tiene un océano de agua salobre en contacto con un núcleo rocoso. Europa también tiene una superficie relativamente joven, de unos 20 a 180 millones de años, lo que indica que hay procesos térmicos o geológicos aún no identificados en el trabajo.

   A diferencia de los telescopios ópticos, que solo pueden detectar la luz solar reflejada por los cuerpos planetarios, los telescopios de radio y de ondas milimétricas como ALMA pueden detectar el "resplandor" térmico emitido naturalmente por un objeto incluso relativamente frío en nuestro Sistema Solar, incluidos cometas, asteroides y lunas. En su punto más cálido, la temperatura de la superficie de Europa nunca supera los 160 grados centígrados.

   "El estudio de las propiedades térmicas de Europa proporciona un medio único para comprender su superficie", señala Bryan Butler, astrónomo del Observatorio Nacional de Radioastronomía en Socorro, Nuevo México, y coautor del artículo.