Actualizado 20/09/2017 11:47

El terreno "esponjoso" sobre el que se asienta Ciudad de México favoreció la onda sísmica según el ICOG

A collapsed building is seen after an earthquake in Mexico City, Mexico Septembe
REUTERS / GINNETTE RIQUELME

   MADRID, 20 Sep. (Notimérica) -

   El "efecto local" sobre Ciudad de México es lo que ha producido la mayor devastación en el terremoto de 7.1 registrado este 19 de septimebre en el centro del país azteca. Así lo valora la secretaria de la institución sin ánimo de lucro Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), Nieves Sánchez Guitián.

   Según la experta del ICOG, ese efecto local tiene que ver con que el terreno sobre el que se asienta Ciudad de México "está formado por cenizas volcánicas poco consolidadas, con líquido entre los poros, que le da al terreno un comportamiento fluido, reduciendo su resistencia".

   Técnicamente el fenómeno es conocido como licuefacción. "El terreno actúa como si fuera una esponja, con el nivel de agua entre los poros, y al producirse las vibraciones por la onda sísmica, el líquido se mueve y se genera un riesgo mayor", apunta.

   Por tanto los edificios cimentados de manera superficial se hunden en cuanto reciben el impacto de las ondas sísmicas. "Precisamente esa esponja provoca que el terreno se desmorone y el edificio cimentado se cae", añade la secretaria del Colegio de Geólogos.

   Uno de los problemas en Ciudad de México es que muchos de los edificios no han tenido en cuenta ese factor en su diseño. Sánchez Guitián aboga por invertir en prevención y revisar la normativa sismorresistente teniendo en cuenta el efecto local. "Si se construye barato y sin una cimentación adecuada a las condiciones locales, a la larga se acaban cayendo los edificios", señala.

REAJUSTE ENERGÉTICO ENTRE PLACAS

   Este nuevo terremoto registrado en México no se puede considerar una réplica del que se produjo hace unas semanas en Chiapas de 8.1 en la escala de Richter, pero "efectivamente hay un reajuste energético que tiene efecto sobre otras fallas próximas", comenta la experta. También parece que va ligado a una reactivación volcánica de la zona.

   Este último seismo ha coincidido con el 32º aniversario del devastador terremoto que se produjo en México en 1985, cuando murieron alrededor de 10.000 personas. Para Sánchez Guitián esta efeméride va a hacer que mucha gente lo achaque a algo divino. "Este tipo de casualidades originan que se crea más en lo divino que en lo científico como forma de prevención", lamenta la secretaria del Colegio de Geólogos.