MADRID, 26 Oct. (Notimérica) -
La fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, ha afirmado que está acostumbrada "a mantener la independencia desde la judicatura", ya que ha sido dos veces magistrada de la Corte de Apelaciones y un período electa como magistrada a la Corte Suprema de Justicia, y ha asegurado que lo mismo va a hacer "desde la Fiscalía", cargo que ostenta desde mayo de este año.
En una entrevista concedida a Notimerica.com, Aldana ha explicado que "los fiscales ahora pueden trabajar con más independencia" y que cuando algún fiscal denuncia irregularidades, "de acuerdo a las investigaciones que realizan", lo que hace es "apoyarlos, reforzarlos".
En lo que se refiere a su caso particular, Aldana entiende que los fiscales han sido "designados por el presidente de la República", pero tiene "mucha claridad" de que "la independencia de la Fiscalía es una obligación legal", pero además "es un derecho de la ciudadanía".
Conocida por su esfuerzo por integrar a la mujer en la sociedad y por ser la causa de que, a día de hoy, los delitos contra la mujer -denominados femicidios- sean tipificados y penados legalmente en Guatemala, Aldana entiende que todavía queda mucho por hacer y que "siempre que una mujer está en un puesto de poder tiene que duplicar sus esfuerzos para demostrar que sí puede hacer las cosas".
"Si se equivoca no la perdonan. El mismo error lo puede cometer un hombre y no tiene la misma percepción", ha señalado Aldana, quien ha vivido en primera persona dificultades por ser mujer: "He sabido que tengo que luchar el doble".
Tras recordar sus tiempos como presidenta de la Corte Suprema del Poder Judicial de Guatemala, Aldana ha asegurado: "Sabía que tenía que trabajar 18 horas al día para demostrar que sí podía ser presidenta de la Corte" y ha añadido que "si bien los otros presidentes han hecho sus esfuerzos, no han tenido esa doble lucha" que ella sí tuvo "durante sus cinco años como magistrada".
Cuando conversa con la ex fiscal general de Guatemala y su predecesora en el cargo, Claudia Paz y Paz, ambas confiesan que al ser mujeres: "Teníamos que duplicar esfuerzos para demostrar que sí podíamos sacar adelante el trabajo".
LAS LÍNEAS DE ACCIÓN DE LA FISCALÍA
Aldana ha explicado que han reforzado "la Unidad de Métodos Especiales", que le corresponde "fortalecer y mejorar" y que tiene como objetivo "la desarticulación de estructuras del crimen organizado", aunque tienen como tarea pendiente "la impunidad", para lo que han comenzado "una Fiscalía especial que empezará a funcionar en noviembre".
Además, ha señalado que uno de los avances del Ministerio Público de Guatemala es la Dirección de Análisis Criminal, que "empezó a funcionar hace pocos años" y que ayuda en "el análisis del fenómeno criminal" y la "desarticulación de estructuras del crimen organizado".
Una de sus mayores preocupaciones es la mujer, por eso, ha iniciado "las Fiscalías de la mujer", y ha inaugurado recientemente "cuatro Fiscalías, en cuatro departamentos del país". También están trabajando para "crear una Fiscalía especializada para extorsiones", que ofrezca "apoyo psicológico".
'RETOS DE LA ESPERANZA'
Hasta el año 2008, la violación no se consideraba un "delito" en Guatemala, sino una "falta". La tipificación de los delitos contra la mujer es una hazaña de Aldana, que ha escrito su libro 'Retos de la esperanza', para dejar constancia de cómo se ha llegado a "la construcción de la Justicia especializada penal con enfoque de género".
El libro empieza refiriéndose a los fundamentos históricos del patriarcado, que "al final, son la base para la discriminación y la subordinación de la mujer". Además, también relata "el proceso de creación de los juzgados y tribunales especializados del femicidio".
Para Aldana, "la violencia de género en Guatemala es histórica" y la diferencia es que "otras sociedades han avanzado más". Como ha explicado, la Constitución de 1945 "nos retrata como una sociedad patriarcal", ya que sólo tenían derecho a voto "las mujeres mayores de 18 años siempre que sepan leer y escribir".
La fiscal general guatemalteca ha confesado que todavía "estructuralmente" no han logrado "expulsar esas normas napoleónicas", por lo que "el Estado debe volcarse hacia la mujer" y también destinar esfuerzos a la educación.
"Si educamos a la niña, estamos apostando por un país democrático. En la medida en que neguemos el acceso a la educación, que permitamos la violencia, no podemos hablar de paz ni de desarrollo, si la otra mitad de la población está marginada", ha concluido Aldana, consciente de que el futuro de Guatemala también se escribe en femenino.
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