CIUDAD DE MÉXICO, 2 Abr. (Notimérica) -
Un estudio del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI) ha señalado que en México se usa la tortura como método de investigación de forma generalizada.
Este Colectivo ha realizado su estudio a partir de dictámenes médicos emitidos por peritos independientes sobre 50 víctimas de tortura. Con la ayuda de los damnificados, pudieron identificar diferentes patrones en la forma de detención y los métodos físicos y psicológicos que las autoridades mexicanas aplican para extraer información.
Este estudio ha arrojado diferentes resultados. Con respecto al perfil de las personas que sufren este tipo de prácticas, el CCTI ha determinado que ocho de cada 10 víctimas de tortura son hombres. En cuanto al rango de edad, el estudio lo ha ubicado entre los 16 y 54 años, siendo más habitual entre los 19 y los 31 años.
Los peritos independientes que han participado en este estudio han apuntado que existe una "criminalización de la pobreza y las juventudes", ya que la mayoría de las víctimas de tortura son jóvenes con una mala situación económica y social, habitualmente bajo el nivel de pobreza.
AGRESORES Y AGRESIONES
La mayor parte de las torturas registradas y llevadas a cabo por las autoridades se realizan a manos de Policías estatales, en concreto un 42 por ciento de los casos. Por su parte, en las Procuradurías locales se dan un 22 por ciento de los casos, seguidos de la Policía preventiva, donde se dan un 15 por ciento de estos abusos de autoridad.
En el caso de los cuerpos con disciplina castrense es menos habitual. En el Ejército se dan un 10 por ciento de los casos y, por último, en la Marina un 5 por ciento. Además, estos casos de tortura se suelen dar tras una detención arbitraria, sin que haya mediado una orden de detención legal, según ha informado el diario mexicano 'Animal Político'.
Este estudio también ha arrojado luz sobre los métodos de tortura más habituales llevados a cabo por las autoridades mexicanas. "Lo más común es que los agentes que realizan la detención agredan con golpes o patadas con las botas", ha apuntado el documento.
Otros métodos incluidos en el estudio del CCTI son el uso de artefactos para dar descargas eléctricas, producir asfixia con bolsas de plástico, golpes con la culata de las armas o simulación de ejecuciones.
También se llevan a cabo torturas con elementos más cotidianos, como esposas, cintas, toallas o vendas que se utilizan para causar heridas o para mantener al detenido en posiciones dolorosas mientras se le golpea.
La mayor parte de los casos de tortura no son registrados debido a que la Procuraduría emplea el Protocolo de Estambul --con el que se determina si ha habido o no tortura-- es empleado de forma incorrecta. Los médicos y peritos oficiales no registran correctamente el estado de los detenidos, de forma que no se contabilizan estos casos.
Con respecto a esto, el informe del CCTI ha señalado que "el Gobierno mexicano tiene una oportunidad para mostrar interés en la erradicación de la tortura", para lo que exige que el Congreso apruebe la Ley General Contra la Tortura, vinculada a los estándares internacionales.