Publicado 21/06/2015 20:27

Vargas Llosa, una historia de amor de novela

ISABEL PREYSLER Y MARIO VARGAS LLOSA, UNA RELACIÓN DE CUATRO MESES
EUROPA PRESS


LIMA, 21 Jun. (Colprensa/Notimérica) -

Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 protagoniza por estos días, la novela del amante otoñal que decide a sus 79 años, apostar al amor, después de medio siglo de matrimonio.

La historia de su matrimonio a sus diecinueve años con su tía Julia Urquidi que duró hasta 1964, fue un hecho novelesco que culminó en la escritura de su obra 'La tía Julia y el escribidor' y las confesiones de su ex esposa en el libro 'Lo que Varguitas no dijo', donde saca a relucir los conflictos conyugales que terminaron con la separación: "pienso que si ahora se presentara una situación parecida en su matrimonio, no creo que su mujer actual (Patricia Llosa) -sin ofenderla a ella- actuaría como lo hice yo, sin pensar en sí misma, sino en la persona que se ama. Dejar las puertas abiertas para que él busque otro camino, el que quiera seguir. Sin trampas, con juego limpio", expresa Julia Urquidi Illanes (1926-2010). Según Nuria Richart, lo que acaba de suceder en la vida de Vargas Llosa, ya estaba escrito.

En 1965 se casó con su prima Patricia Llosa con la que vivió cincuenta años de matrimonio, hasta hace poco, cuando se reveló la noticia de sus amores secretos con la filipina Isabel Preysler de 64 años (18 de febrero de 1951), ex esposa de Julio Iglesias y de Miguel Boyer, fallecido hace nueve meses. Una pareja de amigos cercanos al escritor Vargas Llosa y Patricia. Bastó que los paparazzis lo vieran cenar juntos o verlos salir del hotel en donde se mudó el escritor, cerca de la casa de Isabel, para que la vida privada del escritor llenara las portadas de las revistas de farándula y fuera materia prima de la sociedad del espectáculo que tanto ha condenado el escritor.

No se imagino uno a Vargas Llosa en medio de los hijos que tuvo Isabel con Julio Iglesias: Enrique Iglesias, Julio Iglesias Jr. y Chábeli Iglesias-, compartiendo con Tamara Falcó, que nació de la unión de Isabel con Carlos Falcó, el marqués de Griñón, y con Ana Boyer, de la relación con Miguel Boyer. No me imagino qué pensarán de todo esto los tres hijos de Vargas Llosa: Álvaro, Gonzalo y Morgana y la suerte de su madre, una semana después en que el mundo viera las imágenes de celebración de las Bodas de Oro matrimoniales. Es como ver ahora las imágenes de Vargas Llosa asistiendo al funeral del esposo de Isabel Preysler en 2014, o ver a la misma Isabel asistiendo a las Bodas de Oro de Vargas Lllosa. Es tragicómico todo eso. Un acontecimiento que muestra el lado débil y frágil de la condición humana, y reconfirma que nadie en este mundo, tiene resuelta la sentencia de Sócrates: Conócete a ti mismo.

TODO EMPEZÓ EN 1986

Todo empezó hace casi treinta años, cuando en 1986 Isabel entrevistó a Vargas Llosa, y se comprometió ese mismo año con Miguel Boyer. La vida sentimental de Vargas Llosa es para una novela: En 1976, su matrimonio estuvo a punto de disolverse cuando se fugó de su casa con una joven que había conocido, de nombre Sussy, "una media hermana", hija de su padre. Ese episodio fue la tapa de la botella. Los secretos de esa relación efímera que separó para siempre a dos compadres y culminó en un puñetazo que la historia le ha devuelto a su autor.

El tiempo ha venido a probar que Vargas Llosa, además de ser uno de los mejores escritores del mundo, es un ser vanidoso, seductor, ególatra, ambicioso, insaciable, y por supuesto, temeroso de una realidad inexorable: todos tenemos que morirnos tarde o temprano. Él, cerca de cumplir sus 80 años, quiere demostrar que está más vivo al elegir a una mujer bella y ambiciosa como Isabel Preysler, la Reina de Corazones que no soportó la viudez y se retomó el hilo de la conversación con el escritor en 1986, para una propuesta de amor.

En esto del amor no hay últimas palabras, y lo más fácil es apresurarse a juzgar a quienes inventan una nueva fidelidad erigida sobre las infidelidades del mundo. Todo prueba una verdad simple y llana: también los escritores se enamoran. Ninguno de ellos escapa a las veleidades del mundo, a las pequeñeces de la vida y a las locuras del corazón.

El mismo Vargas Llosa dijo en Cartagena que muchas veces él preferiría ser amigo de los libros que escriben los escritores, que ser amigo de los mismos escritores, porque al ir al encuentro con la condición humana, se ha decepcionado de ver las imperfecciones con que cada ser intenta tallarse ante ese interlocutor implacable que es la vida misma. No todos tienen el encanto personal y la ternura de Julio Cortázar, la seducción amorosa e infantil de Pablo Neruda, la alegría descabellada de García Lorca, la humildad y la transparencia iluminada de Juan Rulfo, la misteriosa sabiduría de Jorge Luis Borges, la desquiciada lucidez de Raúl Gómez Jattin.

EL PARAÍSO INFERNAL

El paraíso de los escritores está hecho de muchos infiernos. Es curioso pero el más reciente libro de Vargas Llosa, 'Los cuentos de la peste', publicado en enero de 2015, es una pieza teatral inspirada en Decamerón, de Boccaccio. La batalla del deseo y el amor en una ciudad atacada por una peste, es la obra teatral que vive por estos días el propio Vargas Llosa, que en su afán de saberse vivo y activo, ha aparecido en las salas de España, probando que además de todo lo que ha hecho en la vida, es un dramaturgo y un actor.

EL MARQUÉS Y LA FILIPINA

Él sabe que más allá de haber ganado el Premio Nobel de Literatura, ya tiene un lugar en la inmortalidad de las letras, por novelas como 'La ciudad y los perros' (1962), 'La casa verde' (1965), 'Conversación en La Catedral' (1969), 'Pantaleón y las visitadoras' (1973), 'La Fiesta del Chivo' (1998), 'La guerra del fin del mundo' (1981), entre otras.

¿Qué otra gloria aspira el escritor? Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, recibió de manos del Rey Juan Carlos I el título de Marqués. Ser el marqués de Isabel era el título que le faltaba al seductor. La primera mujer elegida que no pertenece a su familia.