CIUDAD DEL VATICANO, 24 Abr. (Reuters/EP) -
Un chileno que sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote cuando era niño le pedirá al papa Francisco que despida a lo que ha descrito como obispos "tóxicos" que encubrieron los hechos, tal y como ha desvelado este martes antes de una reunión cara a cara con el Pontífice.
Juan Carlos Cruz, quien se ha convertido en un símbolo de la crisis de abusos de la Iglesia y quien pasará varios días en Vaticano como invitado del papa, ha manifestado que unas medidas fuertes por parte del Pontífice enviarían un mensaje largamente esperado.
"Yo le diría: 'Haga responsables a estos obispos, despida a algunos de ellos, si es que no a muchos, pero despídalos y no les dé un trabajo cómodo aquí en el Vaticano'", ha manifestado en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.
Cruz y otras dos víctimas, James Hamilton y José Andrés Murillo, pasarán varias horas con el Papa en una visita que tiene lugar después de una carta extraordinaria del 11 de abril, en la que Francisco reconoció haber cometido "graves errores" en el manejo de la crisis de abusos sexuales en Chile.
En la carta, Francisco dijo que hubo "falta de información veraz y equilibrada" sobre la situación en Chile, invitó a Vaticano a las víctimas cuyas palabras una vez desestimó, y convocó a todos los obispos de Chile a una cumbre con él el próximo mes.
Cruz, que ahora vive en Estados Unidos, fue víctima del reverendo Fernando Karadima, quien fue declarado culpable en una investigación de Vaticano en 2011 por abusar de niños en Santiago en las décadas de los setente y los ochenta.
Cruz y otras víctimas han acusado al obispo Juan Barros de Osorno, en el sur de Chile, de haber presenciado los abusos por parte de Karadima, quien fue su mentor en Santiago.
Karadima, que tiene 87 años y todavía vive en Chile, siempre ha negado las acusaciones, mientras que Barros aseguró que no tenía conocimiento de ninguna conducta inapropiada.