RIO DE JANEIRO, 25 May. (Notimérica) -
Los vecinos del barrio de Santa Teresa, en Río de Janeiro, están cansados de las interminables obras del tranvía y tras protestar de todas las maneras posibles han optado por una crítica llena de ironía: han aprovechado las zanjas y las vallas para montar su propio parque olímpico. "Río ya está listo para las Olimpiadas", dicen.
Las obras para que el tranvía vuelva a las calles de este bohemio barrio carioca empezaron en 2013 y debían haberse acabado el año pasado, pero tras continuos retrasos el Gobierno ya ha desistido de anunciar una fecha de entrega. De los 17 kilómetros de vías que debían reconstruirse tan sólo se han terminado 1,2, pero parte de ese trayecto está siendo rehecho porque hubo un error al colocar los adoquines.
Con el barrio convertido en una gigantesca zanja al aire libre no había otro remedio más que la sátira: "Río de Janeiro inaugura su primer parque olímpico en Santa Teresa. Donde estaba prevista una simple reforma de las vías del tranvía se ha creado un increíble complejo deportivo", explica en el video un actor haciendo las veces de corresponsal extranjero.
En la narración se explica cómo en ese "espacio maravilloso" se desarrollan pruebas como 'salto en la arena', 'lanzamiento de piedra', 'marcha sobre vías' y 'bicicleta en el cráter' y al final se invita a todos a asistir a la manifestación que tuvo lugar este fin de semana para pedir que se concluyan las obras de una vez por todas.
Y es que los vecinos claman al cielo contra la incompetencia y critican las pérdidas que está generando en el comercio, además del ruido y de las incomodidades que genera, ya que al no poder acceder a las colinas en tranvía el barrio se ha llenado de autobuses y coches particulares, cuando sus estrechas y empinadas calles no están preparadas para tanto tráfico.
Todo empezó cuando en agosto 2011 un accidente en el emblemático tranvía amarillo, el 'bondinho', provocó la muerte de seis personas y decenas de heridos. Entonces el Gobierno del Estado aseguró que revisaría la situación de la infraestructura, pero todo apuntaba a que el tranvía nunca volvería a las calles de Santa Teresa.
Pero los vecinos de agrupados en la Associação de Amigos e Moradores de Santa Teresa (AMAST) denunciaron la parálisis ante el Ministerio Público, que obligó a que el gobierno retomara las obras. El coste total de los trabajos es de 90 millones de reales (29 millones de dólares), las empresas constructoras han sido multadas por los retrasos y ahora el Gobierno del Estado intenta deshacerse de la gestión y pasársela al Ayuntamiento de Río.
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