Publicado 23/04/2016 10:59

Los viejos bosques pueden funcionar como amortiguadores frente a las crecientes temperaturas

Día Internacional de los Bosques
PIXABAY

   MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El desorbitado follaje y el denso sotobosque de un bosque maduro podría actuar como un amortiguador para las plantas y los animales en un mundo en calentamiento, según concluye un estudio de la Universidad Estatal de Oregón (OSU, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, publicado este viernes en 'Science Advances'.

   Comparando los regímenes de temperatura bajo el follaje de bosques antiguos y bosques plantados en Oregón, los investigadores encontraron que las características de los viejos bosques reducen las temperaturas máximas del aire de primavera y verano hasta 2,5 grados centígrados frente con las registradas en pequeños bosques de crecimiento posterior.

   Los propietarios de tierras que incluyen la biodiversidad como un objetivo de gestión, según los científicos, podrían lograr sus fines mediante el fomento de lugares con copas de los árboles unidas, alta biomasa y vegetación de sotobosque compleja.

   Las prácticas de gestión que crean este tipo de "microclimas" para aves, anfibios, insectos e incluso grandes mamíferos podrían promover la conservación de las especies sensibles a la temperatura si las temperaturas aumentan como resultado del calentamiento global, según los autores del estudio.

   "A pesar de que es bien sabido que los bosques con copas de los árboles unidas tienden a ser más fríos que las áreas abiertas, se sabe poco acerca de las diferencias de temperatura más sutiles entre los tipos de bosques viejos", dice Sarah Frey, investigador de Ciencias Forestales de OSU y autora principal el estudio. "Hemos encontrado que el gradiente sutil pero importante en la estructura desde las plantaciones forestales a los bosques más viejos puede tener un marcado efecto sobre las temperaturas en estos bosques", resume.

   La temperatura también se ve fuertemente afectada por la elevación e incluso pequeños cambios en la topografía, pero la forma en la que los bosques son gestionados es un factor crítico en la explicación de las diferencias de temperatura. Investigadores de 'Oregon State and Pacific Northwest Research Station of the U.S. Forest Service' realizaorn el estudio en el 'H.J. Andrews Experimental Forest 'al este de Eugene.

   Frey y sus colegas recopilaron datos de temperatura en 2012 y 2013 en 183 ubicaciones, algo más de un tercio de las cuales estaban en plantaciones. El equipo también evaluó los datos de la estructura del bosque recogidos a través de LiDAR, una técnica de mapeo aéreo que utiliza el láser para detectar diferencias estructurales a muy pequeña escala (menos de dos metros) en los bosques.

   Los investigadores encontraron que las variaciones en el paisaje, como la elevación e inclinación, ayudaron a explicar las diferencias de temperatura en distancias cortas de 100 pies (30,48 metros) o menos. Sin embargo, a escalas más amplias, las características del bosque en sí ejercieron una influencia significativa.