MADRID, 20 Sep. (TRENDSmérica) -
La tarde del sábado en la MBFWMadrid estuvo marcada por el romanticismo de Hannibal Laguna. El diseñador ofreció a través de sus desfiles un viaje, un desfile que conducía del pasado al glamour de la pasarela de los años 50 y 60.
La fluidez, las capas y faldas volaron y hechizaron junto a materiales como la gasa y la seda que se combinaron junto a los encajes y las joyas.
La alta costura, femenina y elegante. La magia del pasado, de las grandes y majestuosas galas estuvo aquí presente de principio a fin, gracias en parte a la presentación de una puesta en escena impecable.
El desfile de Laguna ha combinado y despertado el deseo femenino de querer elegir el vestido perfecto para la ocasión perfecta. Un taller, de líneas, tijeras y agujas de perfilan el cuerpo de la mujer con delicadeza.
En este ambiente, bailaron por la pasarela el negro, púrpura, rojo y verde solos o acompañados. Las asociaciones entre la seda y el encaje o la seda y la pedrería. La seda solamente cedía su espacio a la gasa que asumía la fluidez con la que perderse o enamorarse.
Hannibal Laguna propuso la vuelta al pasado. A los tiempos en el que en el desfile, el protagonismo era absolutamente para las obras de arte que ganaban vida a través de las manos de diseñadores como Zuzu Angel Manuel Petergaz o Balenciaga o Givenchy.