ROMA, 13 May. (Notimérica) -
Luciano Benetton, uno de los diseñadores y empresarios italianos más destacables del mundo actual, cumple hoy 80 años. Ocho décadas, de las cuales seis, han estado marcadas por la moda, su gran pasión.
A pesar de que Luciano tenía vocación de médico, las circunstancias familiares le forzaron a abandonar su sueño, centrándose en el trabajo para poder mantener a su madre y a sus tres hermanos mayores.
Sin embargo, Luciano Benetton siempre tuvo madera de emprendedor. Cuando apenas tenía 20 años, el primogénito de los Benetton le propuso a su hermana, que por aquel entonces tejía prendas para un taller, abrir una tienda y trabajar juntos. Y así, con un pequeño establecimiento en la región de Véneto, comenzó lo que sería el inicio de una de las grandes industrias de la moda del panorama internacional.
El éxito tardó poco en llegar. Diez años después de su nacimiento, Benetton ya contaba con nueve fábricas alrededor del globo y con una gran presencia internacional. Aún así, fue a principios de los 80 cuando Benetton se formó en todos los aspectos con la incorporación del fotógrafo publicitario Oliviero Toscani.
Si algo caracteriza a la firma italiana, además de sus prendas y accesorios, son sus campañas publicitarias; siempre dispuestas a suscitar la polémica. Benetton es una de esas marcas que no temen arriesgar y equivocarse, ni denunciar con sus imágenes las injusticias sociales.
Desde que Toscani entrara en la empresa, cada imagen firmada por United Colours of Benetton ha dado de qué hablar. La mayoría de ellas tienen tres elementos en común: la multiplicidad de colores en las prendas y de etnias en los modelos, la transmisión de valores sociales y la denuncia de injusticias. Gracias a estos tres factores, los anuncios de Benetton han logrado ser algo más que meros escaparates de sus prendas, jugando un importante papel en la conciencia sobre la realidad del mundo.
Pese a que el fotógrafo Toscani dejó de trabajar para el grupo textil en el año 2000 y Luciano Benetton no lidera la compañía desde hace tres años, la firma no ha renunciado a la creatividad que tanto le caracteriza. Por su parte Toscani, ha pasado a la historia de la marca con campañas como la realizada en 1989, en la que se muestra a una mujer negra amamantando a un bebé blanco. En la misma línea de protesta antirracista, el fotógrafo lanzó otro original anuncio en el que aparecían tres corazones humanos iguales con la diferencia de que uno de ellos era identificado como 'blanco', el segundo como 'negro' y el último como 'amarillo'.
Pero, aunque la multiculturalidad es el lema que mejor define a la firma, en muchas ocasiones Toscani utilizó sus fotos para luchar contra los prejuicios sociales. Una de las que más polémicas suscitó estaba protagonizada por un párroco y una monja besándose, utilizada para una campaña en 1991. Tres años más tarde, Toscani revolucionó al mundo entero en plena guerra de Yugoslavia, cuando Benetton lanzó una imagen de la ropa ensangrentada de un soldado bosnio.
La arriesgada línea de marketing del grupo textil no ha estado libre de críticas y denuncias. De hecho, la última destacable tuvo lugar en 2011, debido a la campaña titulada 'Deja de odiar' ('Unhate'), cuyo fin era luchar contra el odio por motivos raciales, religiosos, sociales o culturales. Compuesta por una serie de diversas imágenes, la campaña mostraba a diferentes personajes pertenecientes a la esfera pública besándose. Desde el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con el dirigente de Venezuela, Hugo Chávez, hasta el Papa Benedicto XVI con un imán musulmán. La controversia fue tal que El Vaticano denunció a Benetton, obligándole a retirar la serie de imágenes.