Actualizado 05/07/2015 06:41

El retorno de la perla como complemento renovado

Retorno de la perla
MIKE SEGAR / REUTERS

SAO PAULO, 11 Sep. (Notimérica/EP) -

Las esferas del poder, las perlas, se han renovado y han vuelto, demostrando una vez más que la moda es cíclica aún cuando se reinventa. La clásica y deseada joya, que ha adornado a mujeres de distintos siglos, ahora aparece en novedosas formas, pero manteniendo la esencia del original.

Las últimas dos temporadas han demostrado que las perlas nunca han dejado de estar de moda, aunque ahora hayan abandonado sus características de elegancia clásica y aristocrática, adentrándose en formas más subversivas e incluso rebeldes.


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Las colecciones de Céline, con anillos inundados de perlas, la mítica Chanel y también Chloé y Dior, se han sumado a la fiebre por las perlas. De hecho, el collar de Dior compuesto de dos esferas de tamaños diferentes se ha convertido en un básico de todas las 'it girls'.

Después de el estreno de 'El Gran Gatsby', película ambientada en los años veinte, las perlas irrumpieron con fuerza en la industria de la moda. En esa época, las mujeres solían vestir sus cuellos con grandes y largos collares de perlas, siendo en este período un símbolo de poder y prestigio social.

En estas dos temporadas, la perla ha ido ganando fuerza, sobre todo, en la colección de alta joyería de Chanel, que incluye 25 perlas de la cultura japonesa, un collar con 712 brillantes, 9 diamantes marquesa, 6 zafiros y 38 perlas de la cultura tahitiana, según ha publicado la revista 'Vogue', edición Brasil.

LA HISTORIA DE LAS ESFERAS DEL PODER

Sea como sea su estilo, la perla confiere a quien la porta un aura de dignidad, de ahí su atemporalidad y la fascinación de quien la observa. Sólo una de cada 10.000 ostras se convierte en perla, algo que sucede cuando la ostra es parasitada y segrega una sustancia, el nácar, en forma concéntrica.

Esta rareza de la perla la ha hecho la estrella indiscutible desde la Grecia antigua, civilización que las conocía como "lágrimas de los dioses". También han adornado las coronas de los reyes medievales, han recubierto el pelo de princesas y reinas y han sobrevivido a toda la historia.

Hay algo que las distingue del resto de joyas: la luz incide sobre ellas de forma vertical y no se refleja -como en el caso de los diamantes-, por lo que adorna la belleza de la mujer, y no la sustituye como el diamante, que capta todas las miradas. La perla acompaña a la mujer, pero no es protagonista.