Actualizado 20/12/2013 03:18

The Economist elige Uruguay país del año por iniciativas como la marihuana

El presidente de Uruguay, José Mujica.
Foto: REUTERS

MONTEVIDEO, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Uruguay ha sido elegido por The Economist como país del año, basándose en iniciativas más sociales que económicas como la regulación que legaliza la producción, venta y consumo de marihuana, o el matrimonio homosexual.

   Y es que la publicación semanal británica se ha fijado, para dicha elección, en aquellas reformas que no sólo mejoran a una nación sino que, siendo emuladas, podrían beneficiar al resto del mundo.

   La publicación explica al respecto que el matrimonio homosexual es una de esas políticas que atraviesan fronteras, y que aumentan globalmente la felicidad humana sin costo financiero.

   Señala que varios países han puesto en práctica esa legislación en el año 2013, incluyendo Uruguay, que también, "de forma única", ha aprobado  una ley para legalizar y regular la producción, venta y consumo de cannabis.

   Se trata, a juicio de The Economist, de un cambio "obviamente sensible", que permite que las autoridades se concentren en los delitos más graves, y que es algo que ningún otro país ha hecho. "Si otros siguieran su ejemplo, y otros narcóticos fueran incluidos, los daños que tales drogas causan en el mundo se reducirían drásticamente", afirma la publicación.

   Pero The Economist también ha tenido en cuenta a quien rige los destinos de Uruguay, el presidente José Mujica, un hombre al que califica de "admirablemente humilde".

   "Con franqueza inusual para un político, se refirió a la nueva ley como un experimento". "Él vive en una humilde casa de campo, conduce él mismo para ir a trabajar en un Volkswagen Escarabajo y vuela en clase turista. Modesto pero audaz, liberal y amante de la diversión, Uruguay es el país del año. ¡Felicitaciones!", señala The Economist.

   Uruguay estrena además la iniciativa de The Economist que ha decidido, por primera vez, nominar a un país del año. Y ello, para restablecer el equilibrio entre lo individual y lo colectivo y también entre la tristeza y la alegría.