Publicado 30/09/2019 12:43

Descubren que el caso más antiguo de sordera de la evolución humana no era tan sordo

Un estudio 'cura' el caso más antiguo de sordera de la evolución humana
Un estudio 'cura' el caso más antiguo de sordera de la evolución humana - MARIO MODESTO MATA/FLICKR - Archivo

   MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Un equipo internacional de científicos, encabezado por Mercedes Conde-Valverde, investigadora de la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología la Universidad de Alcalá y HM Hospitales, ha descubierto la 'cura' del caso más antiguo de sordera de la evolución humana con un nuevo estudio sobre el célebre Cráneo 4 del yacimiento de la Sima de los Huesos, en Atapuerca (de 430.000 años de antigüedad).

   Según ha informado la Universidad en un comunicado, el Cráneo 4 fue apodado 'Agamenón' por sus descubridores y actualmente se expone en el Museo de la Evolución Humana de Burgos.

   Así, es uno de los ejemplares más completos que se conocen en Europa para esa cronología y es conocido como el caso más antiguo de sordera en la evolución humana. Los conductos auditivos derecho e izquierdo en este individuo muestran la presencia de recrecimientos óseos patológicos (exostosis, en términos técnicos) que bloquean parcialmente dichos conductos.

   Además, patologías similares se han documentado en neandertales en toda Europa y Oriente Medio y también se encuentran con frecuencia en esqueletos arqueológicos de períodos mucho más recientes. Aunque la razón precisa detrás de la formación de esta patología en humanos vivos no está clara, a menudo se ha asociado con la exposición repetida al agua fría.

   Cuando se estudió este cráneo por primera vez, en 1997, se llegó a la conclusión de que las exostosis habían llegado a cerrar por completo ambos conductos auditivos y que, en consecuencia, el individuo padeció de sordera.

   Así, ha informado de que era el primer caso conocido de sordera en el registro fósil y en las dos últimas décadas se ha producido un avance de las técnicas de tomografía computarizada, que permiten crear modelos tridimensionales de las estructuras del oído. Por otra parte, los investigadores del equipo de Atapuerca han desarrollado una metodología que permite establecer las capacidades auditivas de un ejemplar a partir de la obtención de medidas en los modelos tridimensionales y su inclusión en un modelo biofísico.

   Esta metodología, han señalado, fue aplicada con anterioridad a otros ejemplares sanos de la Sima de los Huesos y encontraron que sus capacidades auditivas eran muy parecidas a las de la humanidad actual y distintas de las de los chimpancés.

ALCANCE DE LA SORDERA

   En este contexto, los investigadores se propusieron aplicar estos avances al caso del Cráneo 4 y determinar con exactitud el alcance de su pretendida sordera. Los resultados obtenidos fueron inesperados, pues han indicado que la patología de los conductos auditivos no fue tan grave como para afectar a la audición del individuo y que, en consecuencia, no era sordo.

   "Nos sorprendieron mucho los resultados", ha firmado el catedrático de Ingeniería de las Telecomunicaciones de la UAH Manuel Rosa. "Esperábamos que este individuo hubiera sufrido algún grado de pérdida auditiva y, sin embargo, nuestros resultados muestran inequívocamente que oía tan bien como el resto de individuos sanos de la Sima de los Huesos. No estaba sordo en absoluto", ha añadido.

   En este sentido, la investigadora que ha liderado al estudio, Mercedes Conde-Valverde, ha explicado que este estudio es el primer intento detallado de analizar las implicaciones clínicas de esta patología en los ancestros humanos fósiles.

   "Nuestros resultados sugieren precaución al atribuir consecuencias auditivas a la presencia de estos crecimientos óseos si no se realizan estudios tan detallados y exhaustivos como el realizado con el Cráneo 4", ha explicado.

   Por su parte, el catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense (UCM) y codirector del Equipo de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ha apuntado que la calidad científica de un equipo se mide también por la capacidad de estar continuamente reevaluando sus propios resultados.

   "Es gratificante formar parte de un equipo en el que los jóvenes investigadores son capaces de trabajar con los investigadores más veteranos para, juntos, mejorar los resultados obtenidos hace más de dos décadas", ha señalado Arsuaga.

   Además, en el trabajo han participado investigadores de otras instituciones como el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, el Hospital Universitario HM Puerta del Sur, el Centro Mixto (UCM-ISCIII) de Evolución y Comportamiento Humanos y las universidades Binghamton (State University of New York), San Pablo CEU y Rovira i Virgili.