MADRID 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama ha presentado nuevos hallazgos que reafirman la relevancia de los biomarcadores moleculares e inmunológicos en la mejora del manejo clínico de distintos subtipos de cáncer de mama con opciones terapéuticas limitadas y pronóstico desfavorable.
Durante el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO 2025), GEICAM ha presentado un estudio que revela la posible asociación entre la sobreexpresión del antígeno TROP2 y un pronóstico más favorable en pacientes con cáncer de mama triple negativo (CMTN) en estadio precoz.
Un ensayo clínico realizado en 70 pacientes de este tipo de cáncer apunta a que una elevada expresión de TROP2, una proteína implicada en la proliferación celular y la metástasis, se asocia con un mejor pronóstico clínico en términos de supervivencia libre de recaída a distancia, supervivencia libre de enfermedad y supervivencia global.
Gracias a este hallazgo, se refuerza la potencial utilidad de TROP2 como biomarcador pronóstico, pudiendo también ayudar a identificar a aquellas pacientes que se beneficiarían de un enfoque terapéutico más personalizado en fases tempranas de la enfermedad.
CÁNCER DE MAMA METASTÁSICO
Además, el GEICAM ha presentado los resultados de otro ensayo clínico fase III realizado en pacientes con cáncer de mama metastásico con receptores hormonales positivos y HER2 negativo (RH+/HER2-), el subtipo más frecuente, para comprobar el valor pronóstico y predictivo de la timidina kinasa 1 (TK1), un biomarcador relacionado con la proliferación tumoral.
Los investigadores han analizado la actividad enzimática de TK1 (TKa) mediante biopsia líquida utilizando la tecnología 'DiviTum' en muestras de plasma obtenidas antes y durante el tratamiento. El objetivo ha sido determinar la capacidad de TKa para predecir la eficacia de las terapias administradas y su correlación con la supervivencia libre de progresión y la supervivencia global.
Según observaron, las pacientes tratadas con terapia endocrina (ET) en combinación con palbociclib, que presentaron niveles bajos de TKa antes y durante el tratamiento, tuvieron una mayor probabilidad de beneficiarse en términos de supervivencia libre de progresión. En el grupo con quimioterapia, los niveles bajos de TKa antes del tratamiento se asociaron con una mejor evolución en términos de supervivencia libre de progresión y supervivencia global.
Con ello, hallaron que TKa podría utilizarse como biomarcador pronóstico y facilitar la toma de decisiones terapéuticas más precisas y personalizadas. Este biomarcador permite la identificación del potencial riesgo de recaída de la enfermedad de forma poco invasiva en un subgrupo de pacientes en los que, hasta un 30 por ciento, experimenta progresión rápida de la enfermedad.
CÁNCER DE MAMA DURANTE EL EMBARAZO Y LACTANCIA
Por otra parte, GEICAM ha presentado datos de un estudio sobre el perfil molecular e inmunológico del cáncer de mama asociado al embarazo (CMAE), una forma más agresiva de la enfermedad habitual que afecta a mujeres jóvenes y que presenta un mayor riesgo de metástasis y peor pronóstico.
Un análisis genético de 106 tumores de pacientes, junto con un análisis complementario de identificación de poblaciones celulares inmunes, ha revelado que este tipo de cáncer presenta un entorno inmunológico particularmente activo, caracterizado por una elevada infiltración de células T CD8 y T reguladoras. Esto abre la puerta a considerar la inmunoterapia como una opción terapéutica en estos casos.
Los resultados también confirman que los tumores CMAE se caracterizan por una mayor agresividad y riesgo elevado de desarrollar metástasis. Además, la caracterización del microambiente tumoral, según el momento del diagnóstico, podría contribuir a personalizar el tratamiento, especialmente en mujeres jóvenes.