MADRID 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
La cardióloga María Luisa Peña, especialista en el Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), ha apuntado a la falta de tratamientos curativos y el coste elevado de las nuevas terapias como aspectos clave de mejora en el abordaje de las amiloidosis, que en la actualidad solo cuentan con fármacos que enlentecen o detienen su progresión.
Así lo ha señalado durante el simposio 'Amiloidosis cardíaca: diagnóstico y tratamiento desde el enfoque multidisciplinar', que ha formado parte de la Jornada conmemorativa del Día Mundial de la Amiloidosis, organizada por la Asociación Española de Amiloidosis (AMILO) en el marco del XXV Congreso de la Salud Cardiovascular de la Sociedad Española de Cardiología.
Durante la sesión, los expertos han abordado los retos que se deben afrontar para mejorar el manejo de los afectados por este grupo complejo y heterogéneo de enfermedades multiorgánicas, degenerativas y, en algunos casos, hereditarias, enfatizando que lo prioritario es lograr un diagnóstico precoz.
En este sentido, el cardiólogo Francisco José Bermúdez, especialista en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves (Granada), ha detallado que la amiloidosis cardíaca por transtirretina (TTR) suele tardar en diagnosticarse entre dos y cuatro años debido a la inespecificidad de los síntomas iniciales. Mientras, la forma adquirida o 'wild type' tiene tiempos diagnósticos menores, que pueden situarse en torno a los cuatro meses en centros especializados.
De acuerdo con el doctor, la estratificación clínica permite adaptar el tratamiento y el seguimiento al tipo de afectación (neuropática, cardíaca o mixta), al estadio funcional y a las comorbilidades del paciente. Entre otras ventajas, esto permite iniciar precozmente tratamientos modificadores de la enfermedad, antes de que se produzca daño irreversible; así como optimizar el uso de terapias específicas "y evitar tratamientos innecesarios en portadores asintomáticos o en fases muy avanzadas".
Con todo, han destacado que, en los últimos años, se han dado avances impulsados por el mayor conocimiento de la patología que han permitido desarrollar tratamientos muy específicos.
FUTURO PROMETEDOR
Asimismo, han augurado un futuro prometedor gracias, entre otras cosas, a la inteligencia artificial (IA), que se incorporará a los algoritmos diagnósticos para mejorar la capacidad de detectar patrones clínicos y analíticos de riesgo en las historias clínicas electrónicas, lo que ayudará a identificar de forma temprana a pacientes sospechosos, según Francisco José Bermúdez.
El cardiólogo ha previsto que la estratificación clínica se verá enriquecida con biomarcadores de progresión como los neurofilamentos y con una caracterización molecular más precisa, "lo que permitirá una medicina cada vez más personalizada, tanto en el seguimiento como en la elección del tratamiento".
En paralelo, ha reivindicado el abordaje multidisciplinar, con equipos formados por cardiólogos, neurólogos, internistas, hematólogos y genetistas, con el objetivo de que la colaboración ayude al diagnóstico temprano y ofrezca al paciente un tratamiento personalizado que preserve su calidad de vida y supervivencia.
Por su parte, María Luisa Peña ha apostado por el desarrollo de nuevas terapias para amiloidosis cardíaca por TTR a partir de la combinación de técnicas de edición génica y fármacos para eliminar los depósitos ya existentes. A partir de la creciente disponibilidad de opciones terapéuticas, ha defendido la necesidad de definir mejores estrategias de estratificación pronóstica y monitorización de la enfermedad.
Al cierre del simposio, la presidenta de AMILO, María del Carmen Nadal, ha destacado que esta jornada conmemorativa supone una gran oportunidad para "seguir expandiendo el conocimiento" de las amiloidosis. Según ha señalado, el próximo 31 de enero de 2026 AMILO cumple ocho años. "En ese entonces, los enfermos no tenían soporte ni voz. Creamos AMILO para contemplar todos los tipos de amiloidosis, ya que antes solo se hablaba del tipo hereditario por ser España", ha subrayado.