Publicado 09/10/2025 13:42

Investigadores españoles identifican un mecanismo bacteriano capaz de destruir células tumorales

La imagen representa las células de cáncer muertas al activarse su proteína de membrana PAR-1 por la proteasa bacteriana HapA.
La imagen representa las células de cáncer muertas al activarse su proteína de membrana PAR-1 por la proteasa bacteriana HapA. - CIC

MADRID 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un equipo internacional de investigadores liderados por el Centro de Investigación del Cáncer (CIC) ha identificado un mecanismo bacteriano es capaz de destruir células tumorales, a través de una proteína secretada por la bacteria 'Vibrio cholerae', lo que abre la puerta a nuevos tratamientos.

El estudio, publicado en la revista 'Cell Death Discovery', ha mostrado cómo la proteína HapA, producida por la mencionada bacteria, actúa como una "llave" capaz de localizar unas "cerraduras" específicas, conocidas como receptores PAR-1 y PAR-2, que se encuentran en la superficie de las células tumorales y que, al abrirlas, se provoca una reacción en cadena dentro de las células que las lleva a autodestruirse.

"Este trabajo demuestra el potencial de las proteínas bacterianas como herramientas terapéuticas antitumorales. La acción selectiva y el modo de activación intracelular abren nuevas perspectivas para desarrollar tratamientos combinados y específicos", ha subrayado el investigador del CSIC en el Centro de Investigación del Cáncer (CIC-CSIC-Universidad de Salamanca) Antonio Hurtado.

A la hora de desarrollar esta investigación se ha cultivado una cepa normal y otra mutante modificada genéticamente de la bacteria 'Vibrio cholerae', y posteriormente se ha recogido supernatante, el líquido donde crecen estas bacterias y que también contiene las proteínas y sustancias liberadas por la bacteria, para después aplicarlo a células cancerosas humanas de colon, mama y páncreas para observar qué efectos producía.

Los científicos han empleado tanto el cultivo bacteriano original como bacterias inocuas artificialmente modificadas para producir solo HapA, demostrando que el efecto es realmente causado por esta proteína concreta y no por otros posibles factores de la bacteria. Además, han comparado igualmente los resultados con el supernatante de una bacteria diferente que no produce HapA, como la 'Escherichia coli'.

"Lo que buscamos fue comprobar si las células humanas de distintos tipos tumorales (mama, colon y páncreas) seguían vivas y si podían multiplicarse tras estar en contacto con estas sustancias bacterianas, en particular con la proteína HapA", ha explicado Hurtado.

Para lograr una mayor comprensión sobre el funcionamiento de HapA, han usado técnicas que permiten introducir en las células cancerosas unos marcadores especiales relacionados con los receptores PAR-1 y PAR-2, y se han empleado pruebas para detectar la activación de proteínas que indican muerte celular.

Del mismo modo, se han estudiado as rutas internas de la célula que controlan la supervivencia y la muerte, conocidas como vías MEK-ERK, y se han aplicado fármacos que bloquean estas vías, como trametinib, para confirmar que la muerte celular dependía de estas señales.

Durante el proceso, se han empleado sistemas avanzados de imagen en tiempo real que permiten contar células vivas y muertas, y medir la apoptosis para observar con precisión el bloqueo de las vías. La investigación ha recibido financiación del Consejo de Investigación Sueco, la Sociedad de Cáncer de Suecia, la Unión Europea y la Universidad de Umea (Suecia).

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