Publicado 12/06/2025 15:09

Infosalus.- La Sociedad Española de Patología Digestiva destaca las técnicas de 'biofeedback' para trastornos digestivos funcionales

Archivo - Hombre con dolor de estómago e intestino.
Archivo - Hombre con dolor de estómago e intestino. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / THARAKORN - Archivo

MADRID 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) ha resaltado el uso de las técnicas de 'biofeedback', una herramienta que se centra en la reeducación del paciente con el objetivo de mejorar el componente somático de los trastornos digestivos funcionales.

La SEPD ha explicado que aproximadamente la mitad de los pacientes que acuden a consulta por síntomas digestivos no presentan una enfermedad orgánica identificable mediante los métodos diagnósticos convencionales. A estos casos se les denomina trastornos digestivos funcionales o trastornos de la interacción intestino-cerebro, donde no hay lesiones visibles ni inflamaciones, sino alteraciones en el funcionamiento del aparato digestivo.

Según la Sociedad, lo que ocurre con este tipo de trastornos es un mal control del sistema nervioso sobre el tubo digestivo, incluyendo nervios viscerales (involuntarios) que pueden estar demasiado sensibles o responder de forma anómala. Pero, además, se ha identificado un componente somático que afecta a músculos controlados voluntariamente, como el periné, el diafragma o la musculatura abdominal, y que también influye en síntomas frecuentes como el estreñimiento, la incontinencia anal o la distensión abdominal.

En este punto, la SEPD ha defendido las técnicas de 'biofeedback' para mejorar los trastornos digestivos funcionales. Así se ha puesto de manifiesto durante la ponencia 'Tratamiento con biofeedback no instrumental en los trastornos funcionales digestivos' que se ha celebrado en el 84º Congreso de la SEPD.

"Las técnicas de 'biofeedback' han demostrado ser eficaces para el tratar el componente somático de los trastornos de la función digestiva y entre ellos se encuentran la incontinencia anal, muy frecuente, especialmente, en mujeres que han tenido varios partos a lo largo de su vida. La incontinencia se asocia con una alteración en su calidad de vida", ha declarado el doctor Fernando Azpiroz, experto de la SEPD, quien ha añadido que otro ejemplo es la distensión abdominal, "es característico que los pacientes se levantan por la mañana con el vientre normal y se van distendiendo progresivamente a lo largo del día".

Por otro lado, también se dan casos en los que las personas padecen estreñimiento, que puede ser simple o con intestino irritable, y en la mayoría de ellos se produce este síntoma porque los músculos del periné no funcionan correctamente.

"Normalmente la maniobra defecatoria consiste en una compresión abdominal asociada a una relajación anal. Algunos pacientes al intentar evacuar realizan una relajación anal defectuosa, o incluso una contracción paradójica, lo que les dificulta la evacuación. En esto casos se pueden emplear técnicas de reeducación que ayuden al paciente a solucionar el defecto expulsivo", afirma Azpiroz. De hecho, incluso existen tics digestivos como la rumiación o la aerofagia que también responden bien a técnicas de reeducación.

"El componente somático de los trastornos de la función digestiva puede ser primario, como causa de los síntomas digestivos o secundario, es decir, desencadenado por los síntomas viscerales. De hecho, en algunos casos la corrección del componente somático mediante 'biofeedback' puede mejorar los síntomas viscerales", ha añadido.

Según el experto, el problema de los tratamientos de 'biofeedback' es que "el acceso a este tipo de técnicas de tratamiento es limitado, porque son técnicas que requieren personal entrenado y equipamiento especifico" lo que provoca que muchos pacientes con este tipo de alteraciones no llegan a obtener el beneficio de este tratamiento. El objetivo de la ponencia fue presentar una nueva perspectiva de 'biofeedback' no-instrumental, es decir, guiado manualmente por el operador, que no requiere equipamiento especial y se puede realizar en la propia consulta.

"Algunas de esas técnicas (para el tratamiento de la incontinencia anal y la distensión abdominal) han demostrado ya su efectividad en estudios controlados y otras (tratamiento del defecto expulsivo, rumiación y aerofagia) están todavía en fase de desarrollo. El interés de esta metodología es su aplicabilidad, que permitirá descargar la actividad de los centros de referencia y de esta forma quedar disponibles para los pacientes refractarios", señala.

TRASTORNOS FUNCIONALES DIGESTIVOS

La Sociedad ha explicado que los trastornos funcionales digestivos, también llamados trastornos de la interacción intestinocerebro, son síntomas gastrointestinales provocados por factores de hipersensibilidad visceral y alteración de la motilidad, que pueden estar relacionados con alteraciones de la microbiota, la función mucosa e inmunitaria y trastornos del procesamiento del sistema nervioso central.

Algunos de los ejemplos más frecuentes son el síndrome del intestino irritable (SII), el estreñimiento funcional, la distensión abdominal, la dispepsia funcional, la incontinencia fecal o la aerofagia, entre otros.

La característica principal de estos trastornos es la ausencia de alteraciones inflamatorias o estructurales en los órganos digestivos. Sin embargo, su impacto en la calidad de vida es considerable, provocando no solo malestar físico, sino también afectación emocional, ansiedad o incluso aislamiento social. Normalmente, el diagnóstico suele ser clínico y se basa, en gran medida, en la historia clínica del paciente, un examen físico y la posible realización de pruebas complementarias como radiografías o endoscopias.

La SEPD apunta que, aunque las técnicas de 'biofeedback' representan una estrategia terapéutica novedosa en este campo, el tratamiento de los trastornos digestivos funcionales suele requerir un abordaje multifactorial. Este puede incluir cambios en el estilo de vida, como seguir una dieta equilibrada, realizar ejercicio físico regular o aprender técnicas de manejo del estrés, así como tratamiento farmacológico con antiespasmódicos, moduladores del sistema nervioso central o probióticos, según la sintomatología.

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