Publicado 08/01/2020 11:06

Nanotecnología para ayudar al cuerpo a luchar contra la sepsis

Investigadores consiguen mejorar mucho las tasas de supervivencia en ratones con
Investigadores consiguen mejorar mucho las tasas de supervivencia en ratones con - MARIANA J. KAPLAN / NIAMS SYSTEMIC AUTOIMMUNITY BR

MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) han desarrollado una forma de apoyar al sistema inmune en su lucha contra la sepsis, una patología mortal producto de la reacción extrema del cuerpo a la infección. En su trabajo, publicado en la revista 'Nature Nanotechnology', los científicos utilizaron la nanotecnología para transformar células inmunes donadas por pacientes en un fármaco con mayor poder para matar bacterias.

En los experimentos que trataron a los ratones con sepsis, las células inmunológicas manipuladas eliminaron las bacterias de la sangre y de los órganos principales, mejorando drásticamente las tasas de supervivencia. El trabajo se centra en un tratamiento para la sepsis en su etapa tardía, cuando el sistema inmune está comprometido y es incapaz de eliminar las bacterias invasoras.

"La sepsis sigue siendo la principal causa de muerte en los hospitales. No ha habido un tratamiento efectivo para la sepsis en etapa tardía durante mucho tiempo. Pensamos que esta terapia celular puede ayudar a los pacientes que llegan a la etapa tardía de la sepsis. Creemos que este tratamiento podría ser usado en combinación con el actual tratamiento de cuidados intensivos para pacientes con sepsis", explica el autor principal del trabajo, Yizhou Dong.

Los investigadores combinaron dos tipos principales de tecnología: el uso de vitaminas como componente principal en la fabricación de nanopartículas lipídicas, y el uso de esas nanopartículas para capitalizar los procesos celulares naturales en la creación de un nuevo fármaco antibacteriano.

Las células llamadas macrófagos son una de las primeras en responder en el sistema inmune, con la tarea de 'comerse' a los patógenos invasores. Sin embargo, en los pacientes con sepsis, el número de macrófagos y otras células inmunes es menor de lo normal y no funcionan como deberían.

DETALLES DEL ESTUDIO

En este estudio, Dong y sus colegas recolectaron monocitos de la médula ósea de ratones sanos y los cultivaron en condiciones que los transformaron en macrófagos. Los monocitos son glóbulos blancos que son capaces de diferenciarse en otros tipos de células inmunitarias. También desarrollaron nanopartículas basadas en vitaminas que eran especialmente buenas para entregar ARN mensajero, moléculas que traducen la información genética en proteínas funcionales.

Los científicos construyeron un ARN mensajero que codifica un péptido antimicrobiano y una proteína de señal. Esta proteína permitió la acumulación específica del péptido antimicrobiano en estructuras internas de los macrófagos llamadas lisosomas, la ubicación clave para las actividades de eliminación de bacterias.

Desde aquí, los investigadores entregaron las nanopartículas cargadas con ese ARN mensajero a los macrófagos que habían producido con los monocitos del donante, y dejaron que las células lo tomaran desde allí para 'fabricar' una nueva terapia.

"Los macrófagos tienen actividad antibacteriana de forma natural. Así que si añadimos el péptido antibacteriano adicional a la célula, esos péptidos antibacterianos pueden mejorar aún más la actividad antibacteriana y ayudar a todo el macrófago a eliminar las bacterias", asegura Dong.

Después de ver resultados prometedores en pruebas celulares, los investigadores administraron la terapia celular a ratones. Los modelos de sepsis en ratones de este estudio estaban infectados con 'Staphylococcus aureus' y 'E. coli' resistentes a múltiples medicamentos y sus sistemas inmunológicos fueron suprimidos.

Cada tratamiento consistió en alrededor de 4 millones de macrófagos manipulados. Los controles para la comparación incluyeron macrófagos ordinarios y un placebo. En comparación con los controles, el tratamiento resultó en una reducción significativa de las bacterias en la sangre después de 24 horas; y para aquellos con bacterias persistentes en la sangre, un segundo tratamiento las eliminó.