Publicado 06/02/2020 10:08

Riesgo del contraste yodado intravenoso en pacientes con función renal reducida

   MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El riesgo de administrar medios de contraste yodados intravenosos modernos en pacientes con función renal reducida se ha exagerado, según nuevas declaraciones consensuadas del American College of Radiology (ACR) y la National Kidney Foundation (NKF), publicado en la revista 'Radiology'.

   Los medios de contraste yodados intravenosos se usan comúnmente con la tomografía computarizada (TC) para evaluar la enfermedad y determinar la respuesta al tratamiento. Aunque los pacientes se han beneficiado de su uso, han sido denegados o retrasados en pacientes con función renal reducida debido a los riesgos percibidos de lesión renal aguda inducida por el contraste. Esta práctica puede dificultar un diagnóstico oportuno y preciso en estos pacientes.

   "Los temores históricos de lesión renal por TC con contraste han llevado a daños no medidos relacionados con errores de diagnóstico y demoras en el diagnóstico", lamenta el autor principal Matthew S. Davenport, profesor asociado de Radiología y Urología en la Universidad de Michigan en Ann Arbor Michigan.

   "Los datos actuales aclaran que este riesgo percibido ha sido exagerado --añade--. Nuestra intención es proporcionar una guía multidisciplinaria sobre el riesgo real para los pacientes y cómo aplicar una consideración de ese riesgo a la práctica clínica moderna".

   Estas declaraciones consensuadas se desarrollaron para mejorar y estandarizar la atención de los pacientes con insuficiencia renal que pueden necesitar someterse a exámenes que requieren medios de contraste yodados intravenosos para proporcionar las imágenes más claras y permitir el diagnóstico más informado.

   En la práctica clínica, se utilizan muchos factores para determinar si se deben administrar medios de contraste intravenosos. Estos incluyen la probabilidad de un diagnóstico preciso, métodos alternativos de diagnóstico, riesgos de diagnóstico erróneo, expectativas sobre la recuperación de la función renal y riesgo de reacción alérgica.

   Las decisiones rara vez se basan en una sola consideración, como el riesgo de un evento adverso específicamente relacionado con la insuficiencia renal. En consecuencia, los autores aconsejan que estas declaraciones se consideren en el contexto de todo el escenario clínico.

   El informe describe las diferencias clave entre la lesión renal aguda inducida por contraste (CI-AKI) y la lesión renal aguda asociada al contraste (CA-AKI). En CI-AKI, existe una relación causal entre los medios de contraste y la lesión renal, mientras que en CA-AKI, no se ha demostrado una relación causal directa. Los autores sugieren que los estudios que no han distinguido adecuadamente a los dos han contribuido a la exageración del riesgo.

   "Una explicación principal para el riesgo nefrotóxico percibido exagerado de la TC con contraste es la nomenclatura", señala el doctor Davenport.

   "La lesión renal aguda 'inducida por contraste' implica una relación causal. Sin embargo, en muchas circunstancias, el diagnóstico de IC-AKI en la atención clínica y en la investigación se realiza de una manera que previene la atribución causal --añade--. Desvincular el AKI inducido por contraste (AKI causal) de la IRA asociada al contraste (IRA correlacionada) es un paso fundamental para mejorar la comprensión del verdadero riesgo para los pacientes ".

   Las declaraciones responden preguntas clave y proporcionan recomendaciones para el uso de medios de contraste intravenosos en el tratamiento de pacientes con diversos grados de insuficiencia renal.

   Aunque el verdadero riesgo de CI-AKI sigue siendo desconocido, los autores recomiendan solución salina intravenosa normal para pacientes sin contraindicación, como insuficiencia cardíaca, que tienen lesión renal aguda o una tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) inferior a 30 ml / min por 1,73 m2 que no se someten a diálisis de mantenimiento.

   En circunstancias de alto riesgo individuales e inusuales (pacientes con múltiples factores de riesgo comórbidos), se puede considerar la profilaxis en pacientes con un TFGe de 30-44 ml / min por 1,73 m2 a discreción del médico que realiza el pedido.

   La presencia de un único riñón no debe influir de forma independiente en la toma de decisiones sobre el riesgo de CI-AKI. Se debe evitar la reducción de la dosis de medio de contraste por debajo de un umbral de diagnóstico conocido debido al riesgo de disminuir la precisión del diagnóstico.

   Además, cuando sea posible, los medicamentos que son tóxicos para los riñones deben ser retenidos por el médico de referencia en pacientes de alto riesgo. Sin embargo, la terapia de reemplazo renal no debe iniciarse ni alterarse únicamente con base en la administración de medios de contraste.