Publicado 04/03/2015 19:30

ACTUALIZA 2-Inflación uruguaya de 1,1 pct en febrero, tasa anual se acerca a rango meta

* Educación y servicio doméstico impulsan precios

* Analistas preocupados por inflación subyacente

(Agrega citas de analista)

MONTEVIDEO, 4 mar, 4 Mar. (Reuters/EP) -

- El Gobierno uruguayo informó el miércoles que los precios minoristas subieron en febrero un 1,1 por ciento mensual, levemente por encima de las expectativas, debido a las alzas en educación y servicio doméstico, en tanto la tasa anual volvió a descender y se acercó al techo del rango meta oficial.

El Índice de Precios al Consumo (IPC) acumuló un 3,3 por ciento en lo que va del año y un 7,4 por ciento en los últimos 12 meses hasta febrero. El rango meta oficial es de entre un 3 y un 7 por ciento.

El mercado esperaba un incremento de los precios de un 1,0 por ciento en febrero, según una encuesta entre analistas realizada por el banco central y difundida días atrás.

"Es un dato preocupante porque si bien la inflación interanual descendió, esto es muy transitorio. Va a mantenerse en marzo en niveles parecidos pero luego va a rebotar sobre 8 por ciento", dijo el economista Aldo Lema de Vixion Consultores.

"La inflación subyacente en torno de 1 por ciento refleja una persistencia de las presiones más de fondo en materia de precios, a pesar de la menor inflación externa, de la desaceleración y eventualmente de un tipo de cambio, que si bien ha subido, lo ha hecho en forma muy gradual", agregó Lema.

El peso uruguayo acumula una caída de un 1,65 por ciento en lo que va de 2015.

En el dato de febrero incidió principalmente un incremento de los precios en todos los niveles educativos, de un 5,61 por ciento promedio, y un alza del costo del servicio doméstico, que determinó un aumento de un 3,6 por ciento del rubro "Muebles y productos para el hogar".

Además se sumó el aumento de la tarifa eléctrica que rige desde enero, del alquiler de vivienda, la carne y las verduras.

La acotada suba de un 0,70 por ciento de los alimentos y las bebidas, muy inferior al 2,48 por ciento de febrero de 2014, amortiguó un alza mayor del IPC.

"El rubro de frutas y verduras tuvo un aumento más bajo, ya que los factores climáticos que habían estado detrás de aquel aumento tan grande no se repitieron y fue un mes con incrementos mucho menores", dijo la economista Gabriela Mordecki, directora del Instituto de Economía de la universidad estatal.

En 2014 la inflación en el país sudamericano se ubicó en un 8,26 por ciento.

HACIA EL EJE DEL RANGO

El nuevo Gobierno de Uruguay, encabezado por el presidente Tabaré Vázquez, prevé que la inflación se ubique en el eje del rango meta para mediados de 2016.

Con la cifra de febrero, el IPC sumó su undécimo dato anualizado a la baja desde el 9,82 por ciento máximo alcanzado un año atrás, lo que en su momento activó medidas del Gobierno para contener la inflación, como descuentos en algunas tarifas públicas y en el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

El nuevo ministro de Economía del país, Danilo Astori -ex vicepresidente durante el mandato de José Mujica-, dijo el miércoles que la previsión "es absolutamente viable".

El funcionario sostuvo que para ello se seguirá "trabajando con una gran disciplina monetaria, con una política contractiva, una política fiscal adecuada, poniendo el acento en la calidad del gasto y en su relación con el PIB".

Uruguay, que crecería un 3 por ciento anual en los próximos dos años, registró en enero un déficit fiscal equivalente a un 3,3 por ciento del PIB.

Los analistas consultados consideraron difícil que la inflación pueda acercarse al 5 por ciento en ese lapso. El mercado espera en promedio que el IPC sea de un 7,79 por ciento en julio de 2016.

"Es muy poco probable porque este año la inflación va a estar en torno a 8,5 por ciento. Para que se produjera esa convergencia exigiría un plan integral con medidas monetarias, fiscales y salariales", dijo Lema.

Astori había precisado que no se descartan "medidas que pueden ser consideradas heterodoxas, como los acuerdos de precios y de tarifas", a lo que también debió apelar el gobierno de Mujica.