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Por Luciana Otoni
FORTALEZA, Brasil, 6 nov, 6 Nov. (Reuters/EP) -
- El director de Política Económica del Banco Central de Brasil, Carlos Hamilton Araujo, afirmó el miércoles que la inflación sigue siendo elevada y resistente, en una nueva señal de que el endurecimiento de las tasas de interés para controlar el incremento de los precios debe continuar.
El funcionario también indicó que la política fiscal brasileña podría pasar a neutral más adelante, al tiempo que mantuvo su proyección de que la inflación de este año será menor que en el 2012.
"Además de la dinámica de oferta y la demanda, en este período (12 meses) tuvimos la depreciación del real que de en alguna medida se manifestó en la dinámica de los índices de precios mayoristas y minoristas, así como los valores de los alimentos registrados en el segundo semestre de 2012 y el primer semestre de 2013 este año", sostuvo Hamilton.
Sin embargo, pese a ser resistente, la inflación de este año podría ser inferior al 5,84 por ciento registrado en el 2012, teniendo en cuenta el efecto del aumento de las tasas de interés en la caída de precios, agregó.
Pero inflación sigue siendo alta y ha mostrado resistencia a las medidas para moderarla, incluso pese al fuerte ajuste monetario implementado por el Banco Central desde abril de este año.
Durante ese período, la tasa referencial de Brasil, Selic, se alejó del mínimo histórico del 7,25 por ciento anual para llegar al 9,5 por ciento anual en octubre, con señales del banco central de que los ajustes continuarán.
Hamilton reiteró que la política fiscal del Gobierno está convergiendo a una zona neutral.
"Bajo esta medida (superávit estructural), tenemos la opinión de que la política fiscal se mueve hacia la neutralidad en un horizonte temporal relevante para la política monetaria, que va hasta el año 2015", aseveró.
Las declaraciones de Hamilton se producen tras la fuerte repercusión generada por el mal desempeño fiscal del Gobierno. En septiembre, el sector público consolidado (gobierno central, estatal y municipal) registró un déficit primario de 9.000 millones de reales.
En los 12 meses que finalizaron en septiembre, los ahorros para el pago de intereses de deuda llegaron a 1,58 por ciento del Producto Interno Bruto, lo que puso en duda la capacidad del Gobierno para cumplir con su objetivo de superávit ajustado de 2,3 por ciento y elevó la posibilidad de que las agencias de calificación puedan rebajar la nota soberana de Brasil.
(1 dólar = 2,2835 reales brasileños)