Actualizado 16/07/2013 21:52

ANALISIS-Brasil lucha por liberarse de fantasma de altas tasas de interés

Por Alonso Soto


BRASILIA, 16 Jul. (Reuters/EP) -

- Cuando las tasas de interés de Brasil bajaron a mínimos récord el año pasado, la presidenta Dilma Rousseff y muchos economistas en el país declararon que los días de costos de endeudamiento elevados habían quedado atrás.

Pero puede que se hayan equivocado.

El alto gasto público, la fuerte depreciación del real brasileño, y la esperada normalización de las condiciones monetarias en Estados Unidos podrían obligar al Banco Central de Brasil a terminar devolviendo a la tasa de interés Selic a los dos dígitos.

Desde que asumió la presidencia en 2011, una de las prioridades del Gobierno de Rousseff fue bajar a un solo dígito las históricamente altas tasas de interés de Brasil. Hace ocho meses, cuando la tasa Selic bajó a un mínimo histórico de 7,25 por ciento, parecía que su cruzada estaba dando frutos.

La baja en los costos del endeudamiento a lo que algunos funcionarios brasileños describieron como "niveles de mundo desarrollado" debía ser un hito para la mayor economía de América Latina, desatando una ola de crédito a bajo costo y un período sin precedentes de crecimiento económico sostenido.

Las cosas no han resultado así. Brasil sigue atrapado en un atolladero de crecimiento lento, retenido por otro lastre histórico de la economía brasileña: la elevada inflación.

Como resultado, el Banco Central ha debido cambiar el curso, elevando las tasas de interés en sus últimas tres reuniones de política monetaria, en un intento por bajar la inflación anual a un 4,5 por ciento, el centro de su rango meta.

Bajo la dirección de Alexandre Tombini, la autoridad ha elevado la Selic en 125 puntos básicos en lo que va del año, llevándola a un máximo de 14 meses de 8,50 por ciento la semana pasada.

Además señaló la inminencia de más alzas.

La audaz decisión ha llevado a un pequeño, pero creciente número de economistas a pronosticar que las tasas en Brasil podrían trepar sobre el 10 por ciento tan pronto como el año próximo.

"No tengo dudas de que Tombini subirá las tasas a un nivel que él juzgue necesario para regresar las expectativas inflacionarias a un 4,5 por ciento", dijo Antonio Delfim Netto, ex ministro de Hacienda y de Planificación, en entrevista con Reuters el lunes, sin indicar cuándo las tasas podrían ingresar a los dos dígitos.

"En mi opinión, (Tombini) logrará su misión", agregó Netto, uno de los mentores económicos de Rousseff.

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GRAFICO-Tasas, IPC Brasil http://link.reuters.com/kuw76s

GRAFICO-Tasas interés BRIC http://link.reuters.com/nas64s

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Tombini, designado por Rousseff para la tarea, debe equilibrar la difícil tarea de cumplir con el mandato del Banco Central de mantener la estabilidad de precios sin estorbar los esfuerzos del Gobierno de reactivar la economía y calmar un movimiento nacional contra los malos servicios públicos y la corrupción.

Algunos bancos y consultoras como Santander, Citibank y Tendencias afirman que para frenar la inflación el Banco Central tendrá que subir las tasas a un nivel mayor que 10 por ciento en los próximos dos años. El rendimiento de los futuros de las tasas de interés apunta a un alza hasta un 11 por ciento el año próximo.

A comienzos de 2013, la mayoría de los economistas pronosticaba que la Selic cerraría 2014 a un 8,25 por ciento. En cambio, el último sondeo del Banco Central muestra que los analistas prevén que la tasa de referencia llegará a un 9,50 por ciento para finales del año próximo.

Aunque no es probable que la Selic trepe sobre el 20 por ciento como ocurrió en 1999, de todas formas superaría los costos de endeudamiento de referencia de otras grandes economías emergentes como México y Turquía, donde las tasas se mantienen en un 4 y un 4,5 por ciento, respectivamente.

Detrás de las expectativas de una más alta tasa Selic se encuentra una liquidación de la moneda brasileña, el real, que ha perdido alrededor de un 13 por ciento de su valor en los últimos tres meses, elevando el costo de los bienes importados.

El real se ha hundido ante las crecientes preocupaciones de que Estados Unidos comenzará pronto a retirar su estímulo monetario.

(1 dlr = 2,22 reales)