Publicado 05/02/2015 00:08

ANÁLISIS-Cambios en Petrobras tomarán tiempo incluso con un nuevo presidente ejecutivo

Por Jeb Blount

RIO DE JANEIRO, 4 feb, 5 Feb. (Reuters/EP) -

- Los inversores que apuestan a que el esperado cambio de gerencia en la brasileña Petrobras cambie radicalmente la suerte de la petrolera estatal probablemente se desilusionarán.

Incluso con cambios en la cúpula, hay pocas señales de que la compañía se recuperará pronto del mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil.

Los cambios de ejecutivos también tendrán poco significado si el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff no deja de intervenir políticamente en la compañía o no reconoce en toda su magnitud los problemas.

Las acciones preferentes de Petrobras han subido un 24 por ciento en lo que va de la semana, principalmente por las expectativas de la renuncia de la presidenta ejecutiva Maria das Graças Foster.

Petrobras, en un comunicado el miércoles, anunció la salida de Foster y otros cinco ejecutivos, entre ellos el presidente financiero Almir Barbassa y el presidente de exploración José Formigli.

Las renuncias se conocen mucho antes de fines de febrero, para cuando se esperaban, y toman por sorpresa a un Gobierno que pensaba que iba a tener más tiempo para escoger a los reemplazantes.

No obstante, se necesitará más que un nuevo presidente ejecutivo para sacar a Petrobras del escándalo fruto de una trama de sobornos y corrupción para financiamiento político.

Para que haya cambios drásticos se necesitarían medidas de la verdadera jefa de la compañía, la presidenta Rousseff, quien encabezó el directorio de Petrobras desde el 2003 al 2010 y ha seguido involucrada en sus asuntos.

Entre su período en el directorio y como presidenta de Brasil, Rousseff ha dirigido Petrobras durante 12 años, una época notable por enormes descubrimientos petroleros, pero también por una fuerte alza de la deuda, sobrecostos e incumplimiento de objetivos de producción y de término de proyectos.

Fue además un período en el que ejecutivos de Petrobras se involucraron en otorgar sistemáticamente contratos con sobreprecios y con sobornos a firmas de ingeniería y otros proveedores, según fiscales. Tanto Rousseff como Foster han negado que supieran de la trama y no han sido acusadas.

La investigación a Petrobras ha contribuido a una baja de las acciones de la empresa de casi un 60 por ciento desde septiembre, lo que ha llevado a reducir las inversiones y ha perjudicado su capacidad para conseguir dinero. Una reforma de la empresa será una tarea desalentadora para cualquier presidente ejecutivo.

"No creemos que reemplazar a Foster necesariamente traiga el final de todos los problemas de Petrobras", dijo Leonardo Alves de Votorantim Corretora, una correduría en Sao Paulo.

"El nuevo presidente ejecutivo tendrá que lidiar con casi los mismos problemas con los que Foster ha lidiado: escándalos de corrupción, altos niveles de endeudamiento y difícil acceso a los mercados de capital".

FOSTER BAJO PRESIÓN

Foster parece haber sido presionada por Rousseff y miembros del gobernante Partido de los Trabajadores para dejar Petrobras porque estaba demasiado dispuesta a reconocer los problemas de la empresa.

El 23 de enero, Foster y otros altos ejecutivos y directores acordaron amortizar más de 61.400 millones de reales (23.000 millones de dólares) de inversiones manchadas por la corrupción y por decisiones de negocios que no tuvieron éxito, dijo a Reuters la semana pasada una fuente con conocimiento de las medidas del directorio.

Cuatro días después, a pedido de Rousseff, el presidente del directorio y ex ministro de Hacienda Guido Mantega vetó la amortización porque amenazaba con dejar la impresión de que el Gobierno y Petrobras eran corruptos, dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato.

No asumir las amortizaciones mantendría a Petrobras, la más endeudada y menos rentable de las grandes petroleras, fuera de los mercados de capital por al menos tres meses. Además, retrasaría obras de varios proyectos clave y forzaría a recortar el gasto en 2015 hasta en un 30 por ciento.

"Lo que está claro de toda esta debacle de no asumir las amortizaciones es que todavía creen que pueden esconder todo esto debajo de la alfombra", dijo un alto ejecutivo de la industria petrolera que trabaja directamente con Petrobras.

La fuente, que pidió confidencialidad porque hablar abiertamente podría complicar su trabajo con la empresa, dijo que tenía pocas expectativas de que Foster sea reemplazada por un profesional respetado del sector con libertad como para enfrentar la corrupción.

Jose Carlos Grubisich, ex jefe de la petroquímica Braskem ; el ex jefe del banco central Henrique Meirelles, el ex presidente ejecutivo de la minera Vale VALE.N Roger Agnelli, el actual jefe de Vale Murilo Ferreira y el ex ejecutivo de Petrobras y OGX Rodolfo Landim, están entre los posibles sucesores de Foster.

"No tengo ni idea de quién se quedará con el trabajo", añadió. "Estoy seguro de que será alguien en quien Rousseff y el Partido de los Trabajadores puedan confiar, que no es alguien que vaya a arreglar los problemas".

(1 dólar = 2,70 reales)