Publicado 23/05/2015 11:59

El ascenso del sur o cómo han cambiado los flujos económicos globales

AMÉRICA DEL SUR
BANCO MUNDIAL

MADRID, 23 May. (Notimérica) -

El ascenso del sur es una frase literal. En los últimos 30, o incluso 15 años la economía mundial ha cambiado. La creciente influencia económica de las economías emergentes, por encima de las ya desarrolladas, ha alterado el panorama económico global, según ha reflejado el último informe del Banco Mundial (BM).

Bajo el título 'América Latina y el ascenso del Sur: Nuevas prioridades en un mundo cambiante', el análisis del BM ha considerado los cambios que ha vivido la región como "profundos" y, muy probablemente, "permanentes".

América Latina presenta "tasas de crecimiento considerablemente más altas que el Norte [que las economías avanzadas]", además de cambios estructurales. El sur se ha convertido en un impulsor de las tendencias económicas globales jugando un rol "cualitativamente diferente del rol del norte". En el epicentro de los cambios: China.

En la región han surgido desafíos importantes, sobre todo porque "puede que los cambios no hayan mejorado las perspectivas de crecimiento económico a largo plazo de la región", según desarrolla el informe.

Las prioridades de las políticas económicas en la región han evolucionado respondiendo a los cambios globales a medida que estos cambios han exacerbado ciertas dificultades en el largo plazo, como su dependencia de las materias primas minerales y agrícolas y sus tasas de ahorro comparativamente bajas.

Por lo tanto, "es probable que en la región se intensifique el debate sobre las prioridades de las políticas públicas en el contexto de un nuevo panorama global" y que "tenga como punto central la agenda del crecimiento".

De hecho, varios países del sur se han convertido en actores principales y sistémicamente importantes en la economía global. El Producto Interno Bruto (PIB) del sur, que representaba cerca del 20 por ciento del PIB mundial entre comienzos de los años setenta y finales de los noventa, se duplicó hasta cerca del 40 por ciento en 2012.

Por su parte, la participación del sur en el comercio global también aumentó de 24 por ciento en 1970 a 35 por ciento en el año 2000 y al 51 por ciento en 2012.

CAMBIO DE ROLES EN EL SUR.

"El norte ya no es el centro de la red de comercio internacional y el sur ya no es su periferia", aunque el rol jugado por los países del norte y del sur difiere.

Estos roles diferentes parecen estar inherentemente vinculados con "diferencias fundamentales en la dotación de factores, el comercio, la producción y las estructuras de demanda agregada", según ha revelado el BM.

Hay una notable asimetría en los patrones de cambio en el comercio global y las redes financieras. En el ámbito del comercio, la identificación tradicional del norte con "centro" (y del sur con "periferia") ya no se sostiene. En cambio, en el ámbito de las finanzas, los países del norte siguen situados solos en el centro.

Esta asimetría comercio-finanzas en las redes globales presenta un fuerte contraste con los desarrollos históricos desde la Revolución Industrial y a lo largo de la mayor parte del siglo XX, "cuando los países que se convirtieron en importantes potencias comerciales también se convirtieron en importantes centros financieros internacionales".

A pesar de un aumento del número de conexiones en todo el mundo, "hay un nivel importante de agrupaciones regionales en las redes comerciales y financieras globales".

De cara al futuro, el estudio aconseja a la región adaptarse a una situación marcada por la desaceleración de la economía de China y la caída de los precios de las materias primas, para retomar el crecimiento económico.

Para que los trabajadores se adapten más fácilmente a las innovaciones de la producción y a las realidades cambiantes del mercado, el BM recomienda desarrollar políticas que mejoren "el desarrollo de capacidades, la adecuación de las cualificaciones y la formación de un capital humano más flexible".

Además, Latinoamérica necesita elevar el ahorro público: "Se requeriría un liderazgo político hábil para aumentar la frugalidad y fomentar la creación de activos".