(El autor es un columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones expresadas son personales)
Por Neil Unmack
LONDRES, 17 feb (Reuters Breakingviews) - Los inversores siguen apostando a un resultado racional pese al quiebre de las conversaciones por el rescate griego.
El impacto en el mercado fue tenue porque la lógica económica y la historia de las negociaciones de la zona euro apuntan a compromisos de último minuto. El peligro es que los mercados estén permitiendo que la esperanza financiera venza a la realidad política.
El estancamiento entre los ministros de Finanzas del Eurogrupo y los representantes del nuevo Gobierno griego parece serio.
Las partes ni siquiera se ponen de acuerdo en cómo avanzar. La zona euro quiere que Grecia extienda el programa económico vigente y luego negocie cambios. El nuevo Gobierno de Atenas ve eso como una continuación de las políticas de austeridad a las que debe poner fin, siguiendo el mandato de sus votantes.
Un entendimiento es aún más difícil porque la oposición a las exigencias griegas está muy unida. Países como Portugal, Irlanda y España han implementado rescates financieros y temen el ascenso de partidos populistas domésticos si a Grecia se le ofrece un acuerdo muy beneficioso.
Por su parte, el nuevo Gobierno griego está ganando popularidad al enfrentarse a las instituciones europeas.
Si no hay un acuerdo pronto, el Banco Central Europeo tendrá dificultades para justificar la entrega de más respaldo financiero a los bancos griegos. Eso podría forzar a Atenas a imponer controles de capital para evitar corridas bancarias y hace más probable que Grecia tenga que abandonar al bloque monetario.
No obstante, los mercados parecen relajados. Los rendimientos de los bonos gubernamentales griegos a 3 años cayeron el 17 de febrero, así como los de otros países fuertemente endeudados, como Portugal.
La calma de los mercados podría reflejar el hecho de que un acuerdo es lógico desde el punto de vista financiero. El costo de que Grecia abandone la zona euro sería alto para sus acreedores.
Grecia también sabe que la vida fuera de la zona euro será más dura que cualquier condición concebible exigida por el Eurogrupo.
Incluso si Grecia y la zona euro logran llegar a un acuerdo sobre la forma de avanzar, aún necesitarán sacar adelante controvertidas reformas y metas fiscales.
El Gobierno griego podría colapsar o tener que llamar a un referéndum. Este juego de alto riesgo tendrá lugar en momentos en que la economía local está sufriendo y posiblemente después de que Grecia haya impuesto controles de capital.
El resultado racional no está para nada asegurado.