Actualizado 31/03/2014 22:48

Cuba levanta escepticismos con la nueva Ley de Inversión Extranjera

Raúl Castro, presidente de Cuba
Foto: GETTY

LA HABANA, 31 Mar. (Reuters/EP) -  

   Tras la aprobación de la nueva Ley de Inversión Extranjera en el Parlamento cubano, algunos sectores se han mostrado escépticos con el país caribeño por su pasado más reciente, que incluye el encarcelamiento de algunos ejecutivos y la búsqueda de un mayor control de las empresas que más beneficios generan.

   La Asamblea Nacional cubana aprobó el pasado sábado una ley que abraza al capital extranjero como crucial para el desarrollo económico de Cuba, pero decepcionó a quienes esperaban mayores cambios, como permitir que las empresas extranjeras contraten libremente a sus empleados cubanos en lugar de a través del Gobierno.

   De acuerdo con la prensa oficial, la nueva norma jurídica tiene como objetivo "fortalecer el desarrollo económico y social cubano, lo cual significa también consolidar el proyecto social socialista, próspero y sostenible".

   Se trata del mismo fin que alumbró la Ley de Inversión Extranjera de 1995, cuando también se pretendía superar la crisis económica que se desató en Cuba a raíz del desmembramiento de la URSS, en 1991, debido a la gran dependencia soviética del país.

   Privada de inversiones de Estados Unidos debido a un embargo comercial, Cuba dice que necesita entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa para lograr su meta de un crecimiento anual de un 7 por ciento.

   Se calcula que la inversión extranjera directa en Cuba ronda hoy apenas unos pocos cientos de millones de dólares y que la economía debe creer sólo un 2,2 por ciento este año.

SEDUCIR A LOS INVERSORES EXTRANJEROS

   La nueva ley, que entrará en vigor en un plazo de 90 días, recorta a la mitad los impuestos sobre las utilidades, elimina el impuesto al uso de mano de obra y ofrece una moratoria de ocho años para empezar a tributar sobre las ganancias.

   Con una economía que sufre de desinversiones crónicas, Cuba quiere seducir a los inversores extranjeros. Entre los sectores que necesitan inversión figura la agricultura, las infraestructuras, el azúcar, el níquel, la renovación de edificios y los negocios de bienes raíces como los condominios y los campos de golf.

   "Considerando lo que sabemos hasta ahora, esto representa cierta mejora en el clima de inversiones, pero todavía existen obstáculos importantes", ha indicado el ex consejero de seguridad nacional del presidente Bill Clinton Richard Feinberg, hoy profesor de la Universidad de California en San Diego. "No lo sabremos realmente hasta que veamos cómo es aplicada en la práctica".

   "El problema con la nueva ley es que a excepción de los impuestos poco ha cambiado", ha señalado un diplomático europeo que pidió no ser identificado. "Al final, toda la ley continúa siendo discrecional".

   Algunos expertos dicen que la aproximación de Cuba a las empresas extranjeras ha sido arbitraria y que si un negocio tiene éxito, el Gobierno querrá una participación mayor. "Usa a los extranjeros donde mejor le convenga y los deja fuera tan pronto como pierdan utilidad", ha sugerido otro diplomático europeo que también requirió el anonimato.

DETENCIONES DE EMPRESARIOS

   Los inversores todavía recuerdan el encarcelamiento de los ejecutivos de la compañía británica de inversiones Coral Capital Group Ltd, acusados de cometer fraudes no especificados. En junio del año pasado los empresarios fueron hallados culpables de cargos menores y liberados después de más de un año de prisión.

   Sin embargo, otras compañías extranjeras han permanecido en Cuba, entre ellas el gigante suizo de los alimentos Nestlé, la británica Imperial Tobacco Group, la española Meliá Hotels Internacional

   "Todavía es un lugar para hacer negocios. Pregunte a los brasileños. Acaban de colocar 800 millones de dólares allí", ha relatado el presidente de Alamar Associates, Kirby Jones, una consultora para empresas interesadas en Cuba.

   Asimismo, el Banco Estatal de Desarrollo de Brasil (BNDES) financió una nueva zona especial de desarrollo en el puerto del Mariel, construido por el gigante brasileño de la ingeniería Odebrecht S.A.

   A pesar de los problemas del pasado, algunos inversores y analistas dicen que la nueva ley muestra que las autoridades cubanas concuerdan sobre la necesidad de atraer más inversión extranjera, lo que representa un verdadero cambio de rumbo en un Gobierno que ha estado en el poder desde 1959.