Actualizado 09/01/2018 08:36

El día que Ecuador decidió subirse al dólar

SUCRE
WIKIMEDIA

   QUITO, 9 Ene. (Notimérica) -

   El 9 de enero del año 2000 --hace 18 años--, Ecuador abandonó la que hasta entonces fue su moneda nacional, el sucre, para 'dolarizarse', es decir, adoptar de manera oficial la moneda de Estados Unidos, el dólar.

   El sucre entró en vigor el 22 de marzo de 1884, con lo que se mantuvo circulando en Ecuador 116 años. Finalmente, el país se vio obligado a hacer un cambio de moneda debido a la gran crisis económica derivada de una inflación galopante que sufrió en la década de los 90, tan grave que la tasa de cambio adoptada fue de 25.000 sucres por dólar.

   La crisis económica que sufrió Ecuador durante estos años solo se entiende en clave interna. La creciente inestabilidad política, un sistema con la corrupción tremendamente enquistada, las relaciones conflictivas con Perú y el inmenso agujero fiscal son algunas de las claves para entender la crisis del país.

   Las malas prácticas de los bancos también fueron determinantes para la decadente situación económica ecuatoriana, ya que muchos se vieron obligados a cerrar, lo que derivó en la extracción de capitales de forma masiva por la desconfianza y la consiguiente quiebra de otras muchas entidades.

   La crisis se trasladó a toda velocidad al sector público, lo que conllevó que en 1998 el déficit fiscal se situara en el -12 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Al contar con más gastos que ingresos, Ecuador se vio obligado a dejar de pagar su deuda externa, lo que generó su descrédito en la economía internacional. La inflación a finales del siglo XX era insostenible.

LA DOLARIZACIÓN

   Ante este escenario, el país decidió solucionar parcialmente problemas económicos con un cambio de divisa, adquiriendo el dólar estadounidense. El cambio de moneda ayudó a estabilizar la situación macro-económica, pero supuso una disminución del poder adquisitivo de los ecuatorianos.

   Las ventajas de esta nueva moneda fueron la disminución de costes a la hora de pagar las importaciones, el fortalecimiento de la estabilidad económica gracias a las remesas de los emigrantes --sobre todo de Estados Unidos y Europa-- y el alto precio del petróleo. Como desventaja del nuevo sistema, se encuentra la disminución de las económicas familiares, lo que ha truncado sectores como el turismo interno, así como la pérdida de soberanía monetaria.