Por Jon Herskovitz
SEUL (Reuters/EP) - La búsqueda de Corea del Norte de un segundo camino para producir armas nucleares con enriquecimiento de uranio es un problema que posiblemente persistirá y Pyongyang debe aclarar sus intenciones, dijo el domingo el enviado estadounidense para el reclusivo Estado asiático.
Corea del Norte, que ha producido suficiente plutonio para fabricar un estimado de entre seis a ocho bombas, dijo el viernes que había hecho avances en el enriquecimiento de uranio, una medida que según analistas es una táctica para aumentar la presión sobre las potencias regionales, un mes después de ofrecer gestos conciliadores.
"Esta no es la primera vez que escuchamos de HEU (uranio altamente enriquecido) y podría no ser la última", dijo a periodistas en Seúl Stephen Bosworth, un día después de mantener negociaciones con funcionarios surcoreanos.
"Si vamos a abordar como queremos la desnuclearización de la península coreana, este es un tema que tendremos que clarificar", dijo Bosworth, quien hace poco visitó Pekín y viajará próximamente a Tokio para discutir sobre las estancadas negociaciones a seis partes con Corea del Norte.
Las llamadas conversaciones a seis bandas buscan terminar con el programa de armas nucleares norcoreano.
Estados Unidos ha sospechado por largo tiempo que Corea del Norte está intentando enriquecer uranio para producir armas, pero expertos en proliferación dicen que el Norte está muy lejos de contar con un programa efectivo de armamento atómico, y que le tomaría varios años alcanzar este estado.
Bosworth dijo que el enriquecimiento de uranio era un motivo de preocupación y que "tenemos que empezar a considerar el tema de qué podríamos hacer en respuesta".
La agencia de noticias Yonhap reportó el domingo por la tarde, tras citar a un funcionario del Gobierno coreano que no fue nombrado, que Estados Unidos y Corea de Sur acordaron un enfoque de dos alternativas, con sanciones o diálogo, en relación a las actividades de Pyongyang.
Un cambio al enriquecimiento de uranio alarmaría a las potencias de Occidente, debido a que la actividad podría realizarse sin ser detectada por satélites espía estadounidenses. También podría llevar a estrechar la cooperación con Irán e incluso instar a otros Estados a iniciar sus propios programas de armas nucleares.