Actualizado 28/03/2006 20:38

España.- Los inmigrantes tardarán unos 20 años en alcanzar la plena equiparación salarial con los españoles

La inmigración ha flexibilizado el mercado laboral español y favorecido la baja productividad


MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los inmigrantes que trabajan en España podrían alcanzar la plena equiparación salarial con los trabajadores nacionales en menos de dos décadas, adelantándose así a otros fenómenos migratorios donde la igualdad retributiva entre nacionales y extranjeros tardó más tiempo en llegar, según datos del Banco de España.

Los salarios de los trabajadores inmigrantes son actualmente entre un 30% y un 40% inferiores a la media española. Parte de ese diferencial es atribuible al hecho de que los extranjeros concentran su presencia en sectores económicos de baja productividad (construcción, agricultura y servicio doméstico), para los que no se requiere un alto nivel educativo y formativo.

Eliminando estos dos elementos (el sectorial y el educativo-formativo), seguirían existiendo diferencias entre los sueldos de los inmigrantes y de los nacionales, una distancia que puede tardar tiempo en desaparecer.

Como ejemplo, en Estados Unidos, que a finales del siglo XIX y principios del XX recibió un importante flujo de inmigrantes procedentes de Europa, diversos estudios sitúan en 19 años el tiempo en que los extranjeros logran equiparar sus salarios a los de los naturales del país.

En España, según fuentes de este organismo, la plena equiparación salarial en igualdad de condiciones, es decir, para un mismo puesto de trabajo, podría alcanzarse antes de ese plazo y ser inferior a los 19 años.

Pero los salarios no son el único elemento en el que podría aparecer cierta equiparación entre el colectivo inmigrante y el de españoles. También ocurre lo mismo con la tasa de fecundidad, actualmente mucho más alta entre los extranjeros que se asientan en España que entre los nacionales.

De hecho, otras experiencias internacionales, como el caso estadounidense, apuntan a que las tasas de fecundidad de los extranjeros se asimilan a los naturales del país receptor en un plazo aproximado de 20 años.

LA INMIGRACIÓN, MOTOR DEL CRECIMIENTO.

El importante fenómeno migratorio que vive España desde hace años, con la incorporación de más de tres millones de inmigrantes en el periodo 1998-2005, es comparable a las situaciones vividas en otras épocas por grandes países industrializados, como Estados Unidos y Alemania.

El 'boom' migratorio de los últimos años ha tenido notables efectos sobre el crecimiento de la economía española. De hecho, y según las mismas fuentes, el sorprendente incremento de la población española está detrás, junto a factores como los bajos tipos de interés, del intenso crecimiento que ha experimentado la economía española, en fase expansiva desde hace 12 años.

La población extranjera en España ha aumentado a una tasa media anual del 28,7%, de tal forma que, mientras que en 1998 representaba el 1,6% de la población, ahora supone el 8,5%. El mayor incremento de la población, explicado en su mayor parte por el colectivo de extranjeros, ha hecho que los principales motores de la economía española (la construcción y el consumo) se refuercen, alimentando el crecimiento del PIB.

En definitiva, si no hubiese sido por la inmigración, la economía no habría crecido tanto y los desequilibrios, por la presión de la demanda, habrían sido mayores en inflación y en déficit exterior.

EL MERCADO LABORAL ES AHORA MÁS FLEXIBLE.

Además de favorecer el crecimiento económico, el fenómeno migratorio ha impulsado el empleo y ha permitido mecanismos de flexibilidad en el mercado de trabajo, tanto en el ámbito de la contratación como en el salarial.

Como contrapartida a estos elementos positivos, la inmigración ha favorecido el modelo de bajo crecimiento de la productividad, como consecuencia de los sectores que han acogido la mano de obra extranjera. Sin embargo, el bajo crecimiento de la productividad no es achacable sólo a la inmigración, pues también responde a los desfases en materia de innovación y tecnología que presenta España respecto a otros países.

La inmigración, afirman fuentes del Banco de España, no se ha dejado sentir en el IRPF y apenas ha tenido efecto en el desequilibrio exterior, que sigue en cotas históricas. Sí se ha apreciado su impacto en la Seguridad Social, con más afiliados y más ingresos a causa de las cotizaciones de los extranjeros.

Sin embargo, y frente a los estudios que ven en la inmigración la "salvación" del sistema de la Seguridad Social, fuentes de este organismo advierten que los extranjeros no resolverán el problema del envejecimiento de la población, pues generarán derechos y querrán cobrar sus pensiones como el resto de españoles. Así las cosas, si no se operan reformas en el sistema, la Seguridad Social podría entrar en déficit en el 2020-2025, según cálculos de Eurostat, y en el 2015, según informes del Ministerio de Trabajo.

En cuanto a las remesas de inmigrantes, el saldo de ingresos español aún supera al de salidas, al menos en la parte que puede contabilizarse, aunque es muy probable que empiece a salir más dinero del que entra en el corto-medio plazo.

RIESGOS.

De cara al futuro, existen diversos riesgos relacionados con la inmigración. Uno de ellos es cómo se comportará el colectivo de extranjeros que residen en España si la economía nacional entra en una fase de desaceleración. Si esto sucede y el paro empieza a subir, podría ocurrir que los inmigrantes, ahora en empleos no muy requeridos por los españoles, tuvieran que disputarse los puestos de trabajo con los nacionales.

Otra de las cuestiones que merece atención es en qué medida podría afectar la inmigración a la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Aunque actualmente no se aprecia ningún impacto sobre ellas, a medio plazo no tendría por qué ser así, pues los estudios apuntan a que el gasto en pensiones será cada vez mayor, tanto por los derechos generados por la población nacional, como por los generados por la extranjera.