MADRID 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
Alcanzar acuerdos comerciales con Estados Unidos y los diferentes agentes globales, fomentar la autonomía estratégica de Europa y lograr una regulación de las emisiones de carbono que no merme la competitividad de las empresas europeas son algunas de las claves del comercio trasatlántico actual, que se encuentra marcado por la inestabilidad y las tensiones arancelarias entre Europa y Estados Unidos.
Así se ha puesto de manifiesto en la mesa 'La inversión y el comercio transatlántico', celebrada este jueves en el marco de ''Global Trends 2025: Spain: a new Industrial, Digital and Energy Power', una jornada organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos (AmChamSpain) en colaboración con Europa Press que ha contado con el patrocinio de Amazon Web Services, Bristol Myers Squibb, Coca Cola, Cushman & Wakefield, Deloitte, FTI Consulting, Gilead Sciences, Google, Iberia, Iron Mountain, Pfizer, Salesforce, Banco Santander y SAS.
En la mesa de debate, que ha liderado el director del Center for International Finance del IESE, Miguel Duro, han participado el CEO de Acerinox, Bernardo Velázquez; el secretario de estado y director de la Oficina de Asuntos Económicos y G20, Manuel de la Rocha, y el director de Negocio Internacional de Banco Santander España, Pablo de la Torre.
"A mí no me cabe ninguna duda, o a lo mejor es que confundo lo que pienso con lo que deseo, de que habrá pronto acuerdos entre Europa y Estados Unidos, sobre todo porque Europa no tiene más remedio. Yo creo que estamos abocados a negociar con Estados Unidos", ha sostenido el presidente de Acerinox.
"Se está hablando mucho de la autonomía estratégica y ese tipo de cosas a las cuales nos alineamos, le llamamos proteccionismo, autonomía estratégica, pero lo que tenemos que hacer es proteger nuestra industria, porque las cadenas de suministro son muy frágiles y que necesitas a alguien que te ayude", ha señalado.
Desde el punto de vista financiero, el director de Negocio Internacional de Banco Santander España ha afirmado que en este momento las entidades financieras deben facilitar nuevos corredores comerciales a los que dirigir las exportaciones que no se puedan situar en Estados Unidos, facilitar la localización de las cadenas de suministro para garantizar esa autonomía estratégica y ayudar a las empresas que sí que tienen la capacidad de pasar de ser exportadoras a implantarse en Estados Unidos para fabricar de manera local y vender directamente allí.
"Estamos en un momento de cambio estructural, es un momento muy relevante en la economía mundial, hay grandes desafíos para todas las empresas españolas y europeas, pero después de esto también surgirán grandes oportunidades para aquellas empresas que mejor entiendan las nuevas reglas del juego, sean capaces de adaptarse a las mismas y lo conviertan en una ventaja competitiva sostenible", ha sostenido.
Desde el punto de vista institucional, De la Rocha ha asegurado que "para España y para Europa la relación transatlántica es esencial", al tiempo ha puesto en valor el orden económico internacional basado en reglas y en un sistema multilateral, con la Organización Mundial del Comercio (OMC) como foro de debate.
En el caso de la guerra arancelaria impulsada por el Gobierno de Donald Trump, ha señalado que "Europa quiere negociar, llegar a un acuerdo y evitar a toda costa una guerra comercial que sólo empobrece a todo el mundo"; pero ha apuntado que "si no hay acuerdo, Europa debe defender sus intereses y debe tener lista toda la panoplia de instrumentos que se han ido aprobando en los últimos años para defender sus intereses de manera firme".
APUESTA POR ESTADOS UNIDOS
Ante la situación regulatoria y los incentivos fiscales, De la Torre ha considerado que las entidades bancarias deben acompañar a las empresas españolas bien ubicadas en Estados Unidos o que hacen los proyectos directamente desde aquí facilitando la situación del vehículo inversor en Estados Unidos y su desarrollo allí, así como facilitando la financiación de los proyectos y aportando las garantías necesarias en cada proyecto.
Acerinox tiene una fuerte presencia en el mercado americano con una planta en Estados Unidos, donde ha tenido una experiencia "muy buena".
"Recomendaría a cualquiera que tenga la oportunidad dejar de depender de las exportaciones para convertirte en local en los mercados que consideres que son clave para vosotros", ha destacado Velázquez, quien ha criticado la tardanza regulatoria de Europa.
Como foro para resolver las disputas comerciales entre Europa y EE.UU., De la Rocha ha citado el 'Trade and Technology Council', un foro de discusión permanente bilateral entre la Unión Europea y Estados Unidos creado en el último mandato de Joe Biden.
Sin embargo, ha apostado sobre todo por la OMC. "O apostamos por el sistema multilateral, con un comercio con reglas reformado para hacer lo que funcione y adaptado y regule bien el comercio actual y las formas de comercio e impida determinadas prácticas, o nosotros creemos que lo que lo sustituye es una cosa mucho peor, que traerá mucho más pobreza y, sobre todo, disputas comerciales y de otro tipo", ha destacado.
REGULACIÓN QUE NO MERME LA COMPETITIVIDAD
Preguntados por el futuro de la industria europea, marcada por la regulación verde y en concreto por el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), Velázquez ha afirmado que, como industria electrointensiva y gasintensiva, Acerinox está en primera línea con todo lo que tenga que ver con emisiones de CO2.
"Tenemos la esperanza que CBAM pueda solucionar estos problemas y pueda compensar los costes de descarbonización", ha afirmado Velázquez, que ve riesgos en la desaparición por costes indirectos, en los costes reales de descarbonización y en que el CBAM aún es "un poco una entelequia" que no se ha probado aún.
Además, ha considerado que habría que pulir la norma en algunos extremos porque "contempla que Europa ya no puede exportar" por el encarecimiento de productos y ya cuenta con críticas de terceros países que lo consideran un arancel encubierto.
Desde el plano financiero, De la Torre ha opinado que el papel de las entidades es "facilitar o velar porque los dos fines que buscaba CBAM": avanzar en la Agenda 2030 y la lucha contra el cambio climático y garantizar la competitividad de las empresas europeas respecto a otros países productores en el mundo.
"Nuestro papel es apoyar la financiación necesaria y los proyectos para que, en la medida de lo posible, esas reglas funcionen de manera adecuada y no mermen la competitividad de las empresas europeas", ha apuntado.
Por último, De la Rocha ha considerado que Europa tiene que tener una política industrial global que, además, tiene que ir vinculada a una política de competencia moderna y de ayudas de Estado, en donde se permita impulsar determinados sectores y se tenga una visión global de que la competencia ya no es únicamente en el mercado interior, sino que es global.