MADRID 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
Boeing presentará este miércoles sus resultados del tercer trimestre, el mismo día en el que sus empleados en Estados Unidos votarán si aceptan o no la propuesta de la compañía de subir un 35% los salarios después de casi un mes y medio de una huelga que ha terminado de debilitar la estructura del gigante aeronáutico.
Hasta junio, la compañía perdió 1.794 millones de dólares (1.654 millones de euros), el triple que un año antes, en un contexto marcado por la crisis de seguridad que vivía desde que el 5 de enero un avión 737 MAX 9 de Alaska Airlines perdiera parte de su fuselaje durante el despegue.
Entonces anunció cambios en su cúpula directiva y el nombramiento de su nuevo consejero delegado, Kelly Ortberg, que tendría el propósito de sanear la compañía después de unos años convulsos.
Una de las primeras medidas anunciadas por el nuevo directivo fue la de reducir la plantilla en un 10%, lo que supone unos 17.000 empleos, incluyendo directivos, gerentes y empleados.
HUELGA DE MÁS DE MES Y MEDIO
Además de esto, Boeing ha tenido que hacer frente a otro problema. Unos 33.000 trabajadores de la compañía en el área de Seattle (EEUU) comenzaron el pasado 13 de septiembre una huelga indefinida para que la empresa accediera a actualizar los salarios tras 16 años de congelación --lo que coincide con la última huelga convocada en la compañía--.
Boeing aseguraba que cumplir la demanda de elevar un 40% los salarios no era posible y los empleados no querían aceptar menos. Pasadas cinco semanas desde el inicio de los paros y gracias a la intermediación de la Casa Blanca, el fabricante ha ofertado a sus trabajadores una subida salarial del 35%, algo aceptable para el sindicato, quien someterá la propuesta a votación este mismo miércoles.
En concreto, el preacuerdo recoge una subida del 35% repartida en cuatro años, una bonificación anual garantizada del 4% y una bonificación adicional de 7.000 dólares (6.449 euros) si finalmente es aceptado.
La huelga ha costado a Boeing decenas de miles de millones de dólares y las agencias de calificación crediticia han avisado del riesgo de acabar siendo catalogada como 'basura'. La compañía no descarta hacer una ampliación de capital para tratar de salvar las cuentas.
CRISIS SUCESIVAS
El contexto actual tiene precedentes incluso antes de la pandemia. Entre octubre de 2018 y marzo de 2019 dos aviones del modelo 737 MAX 8 de diferentes compañías sufrieron sendos accidentes que se cobraron la vida de 346 personas.
Tras el segundo de estos accidentes, las autoridades internacionales de transporte aéreo paralizaron toda la flota mundial de este modelo, causando pérdidas milmillonarias a las compañías aéreas e iniciando una investigación sobre Boeing que destaparía una serie de brechas de seguridad.
La flota de 737 MAX 8 no vio levantado el veto por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos hasta finales de 2020.