La unión del mercado de capitales es el "eslabón perdido" para impulsar la transición energética, que requiere de 1,2 billones anuales
MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una mayor integración del mercado energético europeo mediante interconexiones contribuiría a reducir los llamados "costes del sistema" y rebajar el precio de la energía, mucho más cara que en Estados Unidos, lo que amenaza con ampliar la brecha entre ambas economías y frente a lo que Europa debe recurrir a la energía limpia producida localmente, según ha asegurado este martes la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.
En un discurso pronunciado en Oslo, la francesa considera que la reciente crisis energética en el Viejo Continente ha revelado que la dependencia de combustibles fósiles importados "ya no es sostenible" y las energías renovables ofrecen la vía más clara para minimizar las disyuntivas entre los objetivos de la política energética de seguridad, sostenibilidad y asequibilidad.
"La única vía viable para que Europa alcance estos objetivos es recurrir en mayor medida a la energía limpia producida localmente", ha afirmado la presidenta del BCE, para quien las renovables son fundamentales para reducir el impacto del cambio climático, mientras que ofrecen un nivel de independencia energética que Europa nunca alcanzaría con combustibles fósiles importados y ayudarían a reducir los precios, dado que el coste marginal de la electricidad renovable es cercano a cero.
En este sentido, si bien Lagarde reconoce que la construcción y el funcionamiento de un sistema basado en energías renovables implica importantes gastos adicionales, conocidos como "costes del sistema", que se trasladan a las facturas de energía, considera que algunos pueden minimizarse siendo realmente ambiciosos con la transición.
"No podemos eliminar los costes asociados a la intermitencia, pero podemos reducirlos sustancialmente si impulsamos la inversión en capacidad de generación, redes y almacenamiento", ha defendido la francesa, para quien la inversión en infraestructura podría ser especialmente eficaz en Europa debido a su diversidad geográfica.
Asimismo, la presidenta del BCE ha defendido que una mayor integración del mercado energético, por ejemplo, mediante más interconectores transfronterizos, permitiría a los países compartir el excedente de electricidad, mitigar las fluctuaciones de fuentes intermitentes y utilizar la generación y la capacidad de la red de forma más eficiente.
"Se ha comprobado que una mayor integración transfronteriza reduce los costes generales del sistema en aproximadamente un 9% (unos 26.000 millones de euros anuales) y reduce los precios de la electricidad más que las estrategias nacionales aisladas", ha destacado.
En este escenario, la banquera central de la zona euro considera que los responsables políticos deben proporcionar un entorno adecuado para la financiación de la transición verde, estimada en 1,2 billones de euros anuales, en la que el sector privado debería asumir dos terceras partes.
"El eslabón perdido aquí son los mercados de capitales", ha comentado para señalar que profundizar e integrar los mercados de capitales de la UE es fundamental para respaldar las inversiones a gran escala que se necesitan.
Asimismo, ha instado a los responsables políticos a crear un entorno predecible para la inversión, ya que los inversores no darán un paso al frente si la transición verde se ve empañada por la incertidumbre, especialmente si también observan una creciente resistencia a las iniciativas verdes en otras partes del mundo.
"La credibilidad también debe ir acompañada de rapidez", ha apuntando al recordar que, en algunos Estados miembros, completar el proceso de autorización puede tardar hasta cinco años para proyectos solares fotovoltaicos a gran escala y hasta nueve años para proyectos eólicos terrestres. "Estos plazos deben acortarse si la UE quiere alcanzar sus objetivos verdes", ha añadido.
Asimismo, Lagarde ha reclamado a los responsables políticos europeos generar confianza en la futura demanda de electricidad, ya que la electricidad aún enfrenta impuestos más altos que el gas, lo que desincentiva la electrificación.
"Si bien esta brecha se reducirá a medida que la tarificación del carbono se extienda a los combustibles para calefacción, los gobiernos ya pueden actuar reduciendo los impuestos a la electricidad".
"Europa cuenta con los recursos para lograrlo. Lo que ahora necesita son mercados de capital más sólidos y políticas firmes para hacer realidad sus ambiciones ecológicas", ha afirmado la presidenta del BCE, para quien el objetivo último es avanzar hacia una verdadera unión energética.