MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno se prepara para intentar de nuevo la aprobación parlamentaria de la senda de déficit y estabilidad, paso previo de los Presupuestos Generales del Estado, pendiente del voto de Junts y tras haber hecho hace meses irrelevante el poder de veto que tenía el Senado a lo que se conocía como techo de gasto.
De entrada, el Ejecutivo tiene previsto aprobar este martes en el Consejo de Ministros la senda de estabilidad, que sirve de hoja de ruta en materia de deuda y déficit a la Administración General del Estado, las autonomías, las entidades locales y la Seguridad Social.
El Ministerio que lidera María Jesús Montero ha propuesto a las comunidades autónomas, en su mayoría del PP, poder incurrir en un déficit del 0,1% del Producto Interior Bruto (PIB) para los próximos tres años, que equivale a un margen fiscal de unos 5.485 millones.
YA SE INTENTÓ PARA LOS PGE DE 2024 Y 2025
Con esta propuesta, el Gobierno iniciará la tramitación parlamentaria de una senda de déficit por quinta vez en los dos años que lleva la legislatura. A principios de 2024, para los Presupuestos de ese año, logró aprobar la senda en el Congreso, pero el Senado --donde el PP tiene mayoría absoluta-- tumbó la hoja de ruta fiscal y obligó a volver al Consejo de Ministros.
Y es que en aquel momento la Ley de Estabilidad Presupuestaria daba al Senado una capacidad de veto irrevocable, de manera que si tumbaba la senda de déficit, se tenía que volver a iniciar todo el trámite parlamentario desde el Consejo de Ministros.
El Gobierno aprovechó la tramitación de la Ley de Paridad e introdujo una enmienda en esta norma que anulaba esa capacidad de veto, de modo que si el Senado rechazaba la senda, la propuesta tendría que volver al Congreso y podría aprobarse con una mayoría simple.
Mientras esa enmienda se estaba tramitando --que finalmente entró en vigor en agosto--, el Gobierno volvió a llevar la senda de déficit al Congreso, pero en este caso hacía referencia a los Presupuestos de 2025 tras renunciar a la tramitación de los de un año antes por el clima electoral derivado de Cataluña.
EL CONGRESO YA TUMBÓ LA SENDA
Y ese tercer intento encalló en el Congreso, ya que esta vez el PP, Vox y Junts unieron sus votos para tumbar la propuesta. El Gobierno no tiró la toalla y ese mismo verano reinició la tramitación de la senda de estabilidad con la idea de que, una vez pasadas las elecciones en Cataluña, el ambiente se calmaría y las negociaciones serían más fáciles.
El que iba a ser el cuarto debate de una senda déficit estaba programado para septiembre del 2024, con las elecciones catalanas ya concluidas, pero finalmente el Ejecutivo de Pedro Sánchez lo retiró del orden del día del Pleno del Congreso ante la falta de apoyos parlamentarios y la amenaza de Junts de votar en contra de la misma.
Así las cosas, los Presupuestos en vigor siguen siendo los de 2023, que se votaron en la legislatura pasada con partidos que ya no tienen representación, como Ciudadanos, el PRC, la CUP o Foro Asturias.
El Gobierno mantiene su idea de presentar unos Presupuestos para 2026, pero primero tiene que aprobar en el Congreso la senda de estabilidad presupuestaria, en un contexto muy adverso y que Junts ha anunciado un bloqueo contra la acción legislativa del Ejecutivo por considerar que este ha incumplido con los acuerdos de investidura.
SI JUNTS SE ABSTIENE HAY OPCIONES
Si Junts se suma al no de PP y Vox en el Congreso, no habrá techo de gasto. Pero si los de Carles Puigdemont decidieran abstenerse --tal como sucedió con la votación para derogar el calendario de cierre de las centrales nucleares-- y el resto de socios de investidura apoyase la senda, el Gobierno tendría más 'síes' que 'noes' para aprobarla.
Y luego sería el turno del Senado, donde la derrota está asegurada dada la mayoría absoluta del PP, si bien la posición de l Cámara Alta no será determinante al estar ya en vigor el cambio de la Ley Presupuestaria del año pasado.