Actualizado 24/03/2015 21:55

El impuesto sobre la renta en Argentina se duplicó desde 2010

Dinero en metálico.
Foto: WILKERNET/PIXABAY

BUENOS AIRES, 24 Mar. (Notimérica) -

   Los trabajadores argentinos pagaron en 2014 casi el doble de Impuesto a las Ganancias --nombre para el impuesto sobre la renta-- que en 2010, debido a la escalada inflacionaria y la desactualización del mínimo no imponible.

   Los trabajadores en relación de dependencia, profesionales y autónomos argentinos vieron cómo en 2014 pagaban un 96% más de Impuesto a las Ganancias que en 2010 --teniendo en cuenta la inflación--, es decir, casi el doble.

   De hecho, en términos macroeconómicos, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) recaudó con el Impuesto a las Ganancias sobre personas físicas un 2,59% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2014, mientras que en 2010 ese porcentaje era de 1,32%.

   Sin embargo, este aumento no parece tener su razón en una mejora equivalente de la economía, ya que entre esos cuatro años hubo algunos de crecimiento y otros de estancamiento, como es el caso del último año.

   La razón hay que buscarla, más bien, en que el mínimo no imponible no aumenta al ritmo de la inflación y, de hecho, la última actualización del mínimo fue en septiembre de 2013, un mes antes de las elecciones legislativas.

   Como consigna el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el aumento se realizaba de forma automática por ley, pero desde 2002 ha quedado a merced de la voluntad del Ejecutivo por la ley de emergencia económica.

   La falta de ajuste en el mínimo no imponible hace que cada vez haya más trabajadores que pagan el impuesto, ya que los sueldos tienen revisión anual tratando de alcanzar a la inflación, pero también que los trabajadores que lo pagan, paguen cada vez más.

   Tal es así que la AFIP se lleva un tercio de las subidas salariales de los trabajadores en 2015 y un aumento del 30% en realidad acaba siendo un aumento neto de entre 18 y 21%, según el IARAF.

   Según estos datos, para lograr un aumento neto del 30% --que seguiría estando varios puntos por debajo de la inflación que han señalado los privados en 2014-- un trabajador debería recibir un aumento bruto del 46%, cifras que no está manejando ningún gremio.

   La presión tributaria sobre el trabajador en regla es cada vez mayor, pero al mismo tiempo un tercio de los considerados "ocupados" por el Instituto de Estadística y Censos (INDEC) están trabajando en negro y no pagan ningún tipo de impuesto sobre su trabajo --sean empleados en relación de dependencia o autónomos--.