MADRID 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El grupo Indra considera qua la "confianza social" es un elemento clave para garantizar que el despliegue de la inteligencia artificial (IA) en las administraciones, las empresas y la sociedad se realice de una forma ética, segura y responsable.
"En Indra Group creemos que la confianza social se ha convertido en el mayor activo estratégico para desplegar la inteligencia artificial de manera segura y transparente. El verdadero valor de estas tecnologías no reside meramente en la eficiencia que aportan, sino en su capacidad para generar bienestar y fortalecer la confianza entre las personas y la tecnología", ha destacado el director general de Operaciones Tech de Indra, Sebastián Bamonde.
"Las empresas europeas que no incorporen ética, seguridad y transparencia en sus soluciones se quedarán atrás, no solo en competitividad, sino también en legitimidad social", ha añadido el directivo.
En esa línea, la compañía considera que en cualquier revolución tecnológica el mayor obstáculo siempre ha sido el factor humano --en lugar de la innovación en sí misma-- y destaca que con la IA las preocupaciones son similares.
De este modo, ahonda en que no se trata solo de desarrollar la tecnología, sino de cómo las personas pueden adoptarla e integrarla de manera efectiva en su vida diaria y en su trabajo, aprovechándola para aumentar su productividad de forma sostenible y sin que esto implique pérdida de capacidades ni de empleos.
Desde esta perspectiva, Bamonde advierte de que "caracterizar a la IA como un dilema entre heroína o villana es simplificar demasiado".
"La tecnología no tiene moral. Son los humanos quienes deciden cómo diseñarla, aplicarla y regularla. La inteligencia artificial no debe decidir por las personas, sino junto a ellas, y su éxito no dependerá únicamente del avance técnico, sino también de la confianza que logre generar en la sociedad", ha agregado.
La empresa resalta que Europa ha asumido un papel "pionero" al exigir reglas claras para gobernar esta nueva revolución tecnológica y ha recordado que es la primera región del mundo en crear una normativa para afrontar los sesgos de la IA, lo cual ha sentado un precedente en gobernanza ética y responsable.
No obstante, apunta que persiste el debate sobre cuándo y cómo estos avances se traducirán en aumentos significativos de la productividad y en el crecimiento de las economías, así como de qué manera impactarán en la vida de las personas y en la dinámica de las organizaciones.
"La perspectiva que tiene Indra Group es la de una revolución que ya está dejando huella en sectores clave. En la sanidad, los sistemas inteligentes monitorizan la salud, gestionan citas y optimizan recursos para ofrecer una atención más humana y segura; en la educación, las plataformas adaptan el aprendizaje al ritmo y estilo de cada estudiante, generando experiencias personalizadas e inclusivas", ha subrayado la empresa.
Por ello, para Indra la IA se perfila como una palanca estratégica capaz de reforzar la "confianza social" y fomentar un modelo productivo sostenible, donde el crecimiento económico se combine con el bienestar.
FORMACIÓN, ADAPTACIÓN Y DEMOCRATIZACIÓN
A juicio de Indra, para que la IA despliegue todo su potencial debe combinarse con una formación continua, una adaptación constante y una colaboración inteligente entre personas y máquinas.
Según los datos que maneja la empresa, se estima que en España el 40% de los profesionales deberán reforzar sus competencias digitales antes de 2030, algo que, desde su punto de vista, evidencia la urgencia de invertir en aprendizaje y capacitación continua.
"Quienes no desarrollen estas competencias podrían quedar rezagados, mientras que las organizaciones que apuesten por ellas estarán preparadas para liderar la transformación digital y social. Compañías tractoras como Indra Group asumen la responsabilidad de impulsar la IA como motor de innovación, capaz de elevar incluso las tareas más cotidianas a un nuevo nivel de excelencia, eficiencia y valor", ha resaltado la compañía.
Sobre ello, Bamonde ahonda en que la IA no es un fin en sí misma, sino un "acelerador de bienestar" y el reto es "democratizar sus beneficios" con la creación de soluciones legítimas, accesibles y competitivas.
"El gran desafío para organizaciones, gobiernos y ciudadanos es equilibrar la audacia estratégica con la responsabilidad ética. Quienes adopten este enfoque podrán impulsar la innovación, generar valor social y económico de forma sostenible y construir ciudades, servicios y entornos laborales y educativos más inclusivos y eficientes. Por el contrario, quienes no se adapten a este nuevo modelo corren el riesgo de quedarse atrás y ampliar la brecha tecnológica y social", ha añadido la empresa.