MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, viajará a Washington para reunirse el martes y el miércoles con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, así como con otros representantes del organismo para continuar con las negociaciones de renegociación de 45.000 millones de dólares (37.734 millones de euros) de deuda contraída por el país sudamericano en 2018.
El portavoz del FMI, Gerry Rice, confirmó el encuentro entre los altos representantes durante el 23 y el 24 de marzo, y señaló que las conversaciones "se centrarán en cómo enfocar una mayor estabilidad para la economía basada en el crecimiento apuntalado por el empuje del sector privado y tomando muy en cuenta a la población más vulnerable".
Asimismo, el titular de Economía tiene previsto reunirse con miembros del Banco Mundial para buscar financiación en diversos proyectos de infraestructura.
El encuentro se produce después de que el ministro económico viajara a Nueva York el pasado jueves para tener varios encuentros con académicos y representantes de fondos inversión, algunos de ellos participantes en la reestructuración de deuda con acreedores privadas cerrada en septiembre de 2020.
Según el diario argentina 'Ámbito', Guzmán le confirmó a los inversores que el Gobierno argentino está "trazando un camino consistente y sostenible para la Argentina, con previsibilidad y reglas de juego claras que favorezcan un ambiente propicio para las decisiones económicas".
La intención inicial tanto de Argentina como del FMI era cerrar un acuerdo de reorganización de deuda antes de mayo para que el país presidido por Alberto Fernández pudiera hacer frente a las negociaciones con el Club de París para el pago de 2.400 millones de dólares (1.977,3 millones de euros).
Sin embargo, esta idea se habría disipado ante el interés de varios funcionarios del Fondo por retrasar el acuerdo hasta después de las elecciones parlamentarias de octubre. El FMI cree que retrasar el acuerdo una vez eliminada la presión electoral podría dejar a Argentina en una posición favorable a que el país asuma mayores compromisos con la institución multilateral.