Actualizado 10/07/2015 15:02

La mitad de los ciudadanos latinoamericanos aún no tiene cuenta bancaria

Banco Santander Rio
Foto: WIKIMEDIA
 

   MADRID, 10 Jul. (Notimérica) -

   En Latinoamérica, la mayoría de los países están avanzando en lo que a 'bancarización' se refiere, aunque la mitad de los ciudadanos aún no tiene una cuenta bancaria. No obstante, se están realizando iniciativas para llevar sucursales a zonas rurales y pobres, donde hay menos acceso a servicios financieros.

   De los datos que arroja un estudio de inclusión financiera del Banco Mundial, sorprenden los de Argentina, que está por debajo de la media global (61,5%) de población con cuenta bancaria, con un 49,8%. Este estudio arroja también que la mayoría de los argentinos no suele utilizar como método de pago la tarjeta bancaria. En comparación, Chile o Brasil mejoran mucho estas cifras con un 63% y un 68% respectivamente. En el caso de Venezuela asciende al 57% la cantidad de ciudadanos con cuenta corriente.

   En este estudio del Banco Mundial, realizado en 143 países, destaca que, en Argentina, dentro del 40% de los que menos ganan el porcentaje de ciudadanos 'bancarizados' asciende al 55,6%, datos similares a los de países como Kosovo o Botswana.

DATOS POR PAÍSES EN LATINOAMÉRICA.

   En lo que se refiere a entidades y medios para que la ciudadanía acceda a los servicios financieros, Perú se sitúa a la cabeza de la zona de Latinoamérica y Caribe con casi 60 sucursales por cada 100.000 adultos, mientras que otros países como Paraguay, Bolivia o Argentina no superan las 15 sucursales por cada 100.000 habitantes.

Número de sucursales bancarias por habitante

   En lo que se refiere a la utilización de medios electrónicos para pagar facturas o impuestos, Brasil toma mucha ventaja con un 17% de habitantes los que utilizan este sistema. En Bolivia no llega al 1 %, mientras que Argentina, Colombia, Paraguay, Ecuador, Uruguay, Panamá y Perú quedan por debajo del promedio, que se sitúa en un 7%.

Datos utilización de internet para pagar impuestos

MOTIVOS PARA SER OPTIMISTAS.

   A pesar de los datos negativos que arrojan países como Argentina o Uruguay, el Banco Mundial afirma que América Latina y el Caribe hicieron grandes progresos para incorporar a la población más pobre al sistema financiero.

   En la región de Latinoamérica y Caribe, casi el 51% de los habitantes tiene una cuenta bancaria, porcentaje que ha mejorado sustancialmente con respecto al 2011, cuando solo un 39% de la población estaba 'bancarizada'. Más de 40 millones de personas reciben los pagos de sus respectivos gobiernos en cuentas bancarias.

   Concretamente, en el caso de Brasil, el 88% de los ciudadanos que perciben transferencias del gobierno las reciben en una cuenta bancaria, mientras que en México 39 de cada 100 ciudadanos tiene una tarjeta y/o una cuenta bancaria.

   No obstante, estas cifras aún están lejos de las de la media mundial en la que el 62% de la población tiene relaciones con entidades financieras. Países como Francia o España tienen un 97% de ciudadanos con cuenta corriente, mientras que otros estados como Suecia tienen a la totalidad de su población adulta 'bancarizada'.

   Esta subida obedece al aumento de 13 puntos porcentuales de la titularidad de cuentas en los países en desarrollo y por el papel jugado por las nuevas tecnologías. "Hemos fijado un objetivo muy ambicioso, el acceso universal a servicios financieros antes de fines del 2020 como vía de salida de la pobreza y ahora tenemos datos concluyentes de que estamos logrando grandes avances al respecto", aseguró el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim en el comunicado de prensa.

POSIBLES SOLUCIONES.

   Estar bancarizado tiene una gran importancia ya que evita perder tiempo en colas para pagar impuestos y servicios, cosa que hace que se ralentice la burocracia.

   El estudio del BM propone, como medidas para el desarrollo de los sistemas financieros en los países más atrasados, la creación de corresponsales financieros para poder atender a más ciudadanos y explicarles las ventajas que les supondría estar 'bancarizados'. También ayudaría la creación de una licencia para banca minorista, lo que empujaría a nuevas instituciones a entrar en el mercado financiero, con una licencia restringida, acotando los riesgos que pueden asumir.

   La creación de cuentas básicas de ahorro, sin sobrecostes, facilitaría a las personas con menos recursos el que pudieran acceder a los servicios financieros. Por último, también ayudaría la creación de un programa de educación financiera ya que el desconocimiento, en muchos casos, suele ser el freno definitivo al acceso a estos servicios.