Actualizado 02/08/2013 21:27

¿Pagará Argentina sus bonos atados al PIB? Probablemente en 2013, no 2014


BUENOS AIRES, 2 Ago. (Reuters/EP) -

- Argentina está en camino de lograr un crecimiento económico lo suficientemente fuerte en el 2013 para disparar el pago de deuda ligada al comportamiento del PIB por miles de millones de dólares, pero el repunte será de corto plazo, dejando a los bonistas con las manos vacías en el 2014.

La presidenta Cristina Fernández ha priorizado el crecimiento económico a todo costa de cara a las elecciones legislativas de octubre que van a determinar si mantiene el control del Congreso. La líder peronista, de 60 años, prometió un crecimiento del 4,4 por ciento en el 2013 gracias a las fuertes cosechas de soja y maíz.

Para darle vida a la tercera economía de América Latina, el Gobierno ha aumentado el gasto público para revertir temporalmente los efectos del control de cambios y capitales que la mandataria impuso poco después de iniciar su segundo mandato a fines del 2011.

La actividad económica saltó un 7,8 por ciento en mayo y un 7 por ciento en abril, muy por encima de los pronósticos.

Incluso economistas privados, desde hace ya mucho tiempo escépticos de la veracidad de las estadísticas argentinas, ahora esperan que el crecimiento oficial del 2013 esté por encima del 3,22 por ciento que se requiere para pagar los cupones.

Entonces, Argentina probablemente tendrá que utilizar las ya disminuidas reservas de su Banco Central para pagar hasta 3.000 millones de dólares en cupones atados al PIB en diciembre del 2014, de acuerdo a siete de 10 bancos y consultoras encuestadas por Reuters la semana pasada.

Nadie espera que la expansión económica del 2014 dispare otro pago.

Estimaciones privadas de crecimiento para el próximo año varían entre un 0,5 y un 2,8 por ciento, una señal de que el modelo de Fernández de alto gasto público y un tipo de cambio fuerte frente al dólar perderá impulso luego de las elecciones del 27 de octubre.

"El crecimiento no es sostenible. Para el año 2014 tendremos un serio problema con el financiamiento", dijo el economista Rodolfo Rossi, un ex presidente del Banco Central.

GASTAR, GASTAR, GASTAR

Una pequeña expansión del 1,9 por ciento en el 2012 puso fin a una casi década de crecimiento galopante y llevó a Fernández a aumentar el gasto público para avivar a la economía. Estimaciones privadas indican que el gasto crecerá más de un 30 por ciento este año.

Los gastos del Estado han venido creciendo más que sus ingresos en los últimos años. El superávit primario de Argentina, una medida de las finanzas del Gobierno antes del pago de la deuda, cayó un 30 por ciento en mayo comparado con un año atrás.

Otras medidas a favor del crecimiento, como ordenar a los bancos prestar el 5 por ciento de sus depósitos a pequeñas y medianas empresas, han alimentado la inflación y forzaron a Fernández a imponer controles de precios sobre 500 productos de venta en supermercados.

El ente oficial de estadísticas, el INDEC, está ampliamente desacreditado, y fue acusado de reportar una inflación muy por debajo de la real y también, aunque en menor medida, de manipular los datos de crecimiento. Hubo sospechas de que el Gobierno rebajó las cifras de crecimiento en el 2012 para evitar pagos de deuda.

Las estimaciones privadas ubican la inflación a 12 meses en aproximadamente el 25 por ciento, una de las más altas del mundo.

"El Gobierno no está haciendo ningún esfuerzo para resolver el problema subyacente de la inflación", dijo Fiona Mackie, una analista de Argentina para Economist Intelligence Unit. "Va a ser cada vez más difícil idear una salida simple", agregó.

Sin embargo, Fernández, que recientemente elevó el salario mínimo hasta convertirlo en uno de los más altos de Latinoamérica, frecuentemente dice a los argentinos que están mejor. La confianza de los consumidores subió en junio y julio, de acuerdo con una encuesta realizada por la Universidad Torcuato Di Tella.

"Lo ves en la ropa de la gente que viene a los actos; lo ves en las zapatillas que llevan los pibes; lo ves en los autos usados, récord de venta de autos usados", dijo recientemente Fernández en un discurso.

"HABRÁ QUE HACER ALGO"

La producción automotriz, un componente clave de la producción industrial, creció un 19,8 por ciento en junio respecto del mismo mes del año anterior, según el grupo industrial Adefa. La venta de autos avanzó un 22,1 por ciento.

Muchas de esas ventas son compras de una población que no tiene acceso a dólares por el control de cambios, no confía en el peso y compra bienes materiales como un modo de ahorrar. Los agricultores, por ejemplo, están acopiando su maíz y su soja para evitar poner pesos en el banco.

Las exportaciones de granos son una de las principales fuentes de dólares para Argentina, y una mejor producción en el 2013 tras una sequía el año pasado ayudó a la economía. El sector podría recibir un golpe si la demanda de China, su principal comprador, cae como se espera.

Los economistas en general esperan que el crecimiento continúe en el tercer trimestre de este año, a pesar de que sea por debajo de los niveles de abril y mayo, y que se frene con fuerza en el cuarto trimestre. La producción industrial fue menor a la esperada en junio en una señal de que un enfriamiento ya podría estar en camino.

En momentos en que decae el ingreso de dólares, el Gobierno está gastando más dinero de sus reservas para importar energía mientras la producción de gas natural decae. El país está virtualmente aislado de los mercados de capitales desde su masivo cese de pago de deudas del 2002.

Las reservas del Banco Central rondan los 37.000 millones de dólares, la mitad de las del Banco Central de Perú, un país mucho más pequeño.

Para evitar una crisis de la balanza de pagos, algo tendría que ceder. A pesar de que Fernández lo niega, el Gobierno podría devaluar el peso, que está negociándose en el mercado paralelo a casi la mitad del oficial.

"Algo va a tener que hacerse después de las elecciones, probablemente profundizar los controles al mercado de cambios y a las importaciones; va a ser similar a lo que pasó en el 2012, cuando el crecimiento fue débil", dijo un economista local que pidió no ser nombrado.

(Traducido al español por Juliana Castilla, editada por Alejandro Lifschitz)