Actualizado 24/08/2011 18:01

Raúl Castro, impaciente por el lento ritmo de las reformas económicas

El Presidente Cubano, Raúl Castro.
EUROPA PRESS/CUBADEBATE


LA HABANA, 24 Ago. (Reuters/EP) -

El presidente cubano, Raúl Castro, se ha mostrado impaciente en los últimos meses por el lento ritmo de las reformas económicas a consecuencia de la burocracia y la resistencia a los cambios que se han puesto en marcha para "actualizar" el modelo socialista que gobierna en la isla desde hace 52 años.

En recientes declaraciones públicas, Castro acusó a los funcionarios del Gobierno de pereza, corrupción, negligencia y rigidez ideológica, al tiempo que instó a adoptar nuevas formas de pensar.

"Limpiémonos la cabeza de tonterías de todo tipo, no olviden que ya concluyó la primera década del siglo XXI, y es hora", afirmó Castro en un discurso ante la Asamblea Nacional (Parlamento) el pasado 1 de agosto.

Las 313 reformas --algunas puestas ya en marcha aunque la mayoría aún pendientes-- flexibilizan la línea de la economía de Cuba, de estilo soviético, y se centran en una mayor iniciativa privada, en la reducción de los subsidios y la descentralización de las empresas, así como en el recorte de un millón de empleos de las plantillas del Estado.

El objetivo es asegurar la continuidad del socialismo en la isla para cuando él y los principales líderes de su Gobierno no estén al frente del poder en Cuba. Si bien ha sugerido paciencia en la implementación de los cambios, Castro aclaró a la Asamblea Nacional que los problemas económicos mundiales requieren de mejoras más rápidas.

"El mayor obstáculo que enfrentamos (...) es la barrera psicológica formada por la inercia, el inmovilismo, la simulación o doble moral, la indiferencia e insensibilidad", afirmó.

Castro --que reemplazó en la presidencia a su hermano Fidel en febrero de 2008-- habló en diciembre pasado sin rodeos ante el Parlamento sobre la falta de honradez en las filas del gobierno. "Hay que luchar por desterrar definitivamente la mentira y el engaño de la conducta de los cuadros (dirigentes), de cualquier nivel (...)", destacó.

"NO MENTIR, NO ROBAR, NO SER HOLGAZÁN"

El mandatario mencionó seguidamente los tres principios de la civilización Inca --no mentir, no robar, no ser holgazán-- y apuntó: "Están bien esos tres principios (...) Vamos a tratar de tenerlos presentes".

En el VI Congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) celebrado en abril --en el que fueron aprobadas las más de 300 reformas-- Castro dijo que para preservar el socialismo se "hace imprescindible cambiar la mentalidad (...) o lo que es lo mismo, desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías".

Pero a principios de este mes usó un lenguaje más fuerte frente a unos 600 diputados del Parlamento cuando advirtió de que a los funcionarios recalcitrantes y corruptos les sería mejor adaptarse a las reformas o pagarían un precio.

"Advierto que toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del Congreso (...) será inútil", resaltó el mandatario.

"Nunca he sido partidario del apresuramiento ni de los cambios bruscos (...) pero ante las violaciones a la Constitución (...) no queda otra alternativa que recurrir a la Fiscalía y los Tribunales, como ya empezamos a hacer", agregó.

Los cubanos tienen varias teorías sobre quiénes se oponen a las reformas, que van desde el expresidente Fidel Castro hasta ciudadanos comunes que prefieren las cosas tal y como están. "La resistencia empieza con Fidel que piensa que todo el mundo debe ser igual", dijo un miembro del Partido Comunista que requirió el anonimato.

Pero un trabajador de un restaurante culpó a los muchos años de ayuda del Gobierno. "Le han dado tanto a la gente que se han acostumbrado a no tener que trabajar", afirmó Ernesto Sáez.

Fidel ha apoyado públicamente las propuestas de su hermano, quien también vaticinó que "en tres o cuatro años, éste será el mejor país del mundo".