(Repite nota enviada en la noche del martes, texto sin cambios)
CARACAS, 8 jul, 9 Jul. (Reuters/EP) -
- La mayor compañía privada de Venezuela, Empresas Polar, reanudará el miércoles las operaciones de su fábrica de envases de bebidas tras más de 20 días de permanecer inactiva por falta de materia prima, dijo la firma en un comunicado.
La producción industrial en el país petrolero ha mermado por los retrasos en la liquidación de divisas a los fabricantes dentro del estricto control de cambios, lo cual demora la compra e importación de materia prima y bienes terminados necesarios para el proceso de manufactura.
"La Planta Superenvases de Empresas Polar, fabricante de latas de aluminio para el envasado de jugos, té listo, refrescos, cerveza y malta, reiniciará operaciones este miércoles 9 de julio, después de recibir un embarque de aproximadamente 600 toneladas de aluminio importado", dijo la firma en su página web. (http://goo.gl/ZJ7uZA)
"Se espera que lleguen a puerto en los próximos días dos lotes adicionales, de 200 toneladas cada uno", agregó Polar, precisando que los embarques le permitirán reanudar la producción de envases sólo por 10 semanas.
La planta ya había detenido sus operaciones temporalmente en marzo, también afectada por la falta de materia prima.
Y a fines de abril, Polar detuvo su planta productora de pasta, en el occidente de Venezuela, y explicó que la detención se produjo por "retrasos en la liquidación de divisas".
Polar es reconocida por la fabricación de la cerveza de mayor venta en Venezuela y por elaborar la harina usada para las populares arepas, alimento típico del país caribeño. Además, distribuye la gaseosa Pepsi en el país.
En el 2003, el fallecido mandatario Hugo Chávez introdujo el control cambiario en el país, buscando evitar la fuga de capitales, pero a la larga la medida no cumplió su objetivo y generó más inflación, desabastecimiento y debilidad de la moneda local.
La escasez en el país petrolero ha alcanzado niveles históricos en el último año y ha afectado suministros que van desde el papel higiénico hasta la leche y el agua embotellada, empujando a miles de personas a salir a las calles los primeros meses del año, en la peor ola de protestas en más de una década que dejó 42 muertos.