MOSCU, 10 Sep. (Reuters/EP) -
- Rusia invertirá 1.000 millones de dólares en la producción de tierras raras para el 2018 en una iniciativa para volverse menos dependiente de China, que controla más del 90 por ciento del suministro global de los elementos usados en sectores como defensa, telecomunicaciones y energía renovable.
Estados Unidos, Japón y la Unión Europea se han quejado a la Organización Mundial del Comercio sobre los esfuerzos de China para controlar el sector, diciendo que el gigante asiático intenta usar su dominio del suministro para elevar los precios y obtener una ventaja competitiva.
Rostec e IST group, una compañía de inversión que pertenece al magnate ruso Alexander Nesis, han acordado invertir 1.000 millones de dólares en la producción de tierras raras para el 2018, dijeron el martes en una declaración.
Rostec busca cubrir la demanda rusa de estas materias primas para el 2017, agregó la compañía.
"El presidente (ruso Vladimir Putin) y el Gobierno han emprendido la misión de expandir la producción de tierras raras ya que las existencias de Rusia están casi agotadas", dijo el martes a Reuters una fuente del conglomerado industrial y de defensa del Estado, Rostec.
"Las existencias deben ser repuestas ya que el principal productor, China, ha incrementado los precios fuertemente", dijo la fuente.
TriArkMining, un emprendimiento conjunto entre Rostec y IST, ha obtenido el derecho a adquirir 82.653 toneladas de concentrado de monacita, almacenadas en depósitos de la estatal Uralmonatsit en la región de Sverdlovsk en los Urales de Rusia.
El emprendimiento planea extraer alrededor de 40.000 toneladas de tierras raras del concentrado de monacita almacenado en depósitos durante siete u ocho años a partir del 2015, dijeron las compañías.
El abastecimiento es rico en tierras raras pesadas, como el disprosio y el terbio, cruciales para imanes muy potentes requeridos en la industria automotriz, de defensa y de energía limpia.
Las tierras raras pesadas son más escasas que el cerio y otras tierras raras ligeras, lo que hace que sean más valiosas.
Rusia consume alrededor de 1.500 toneladas de tierras raras por año y la demanda anual llegaría a 6.000 toneladas para el 2020, dijo Rostec.