El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump
ANDREW KELLY/REUTERS

   CIUDAD DE MÉXICO, 7 Ene. (Notimérica) -

   Después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, advirtiera a la automotriz japonesa Toyota Motor Co que si construye una nueva planta en México deberá pagar un gran impuesto fronterizo de importación, la compañía de automóviles ha indicado que seguirá en México construyendo su nueva planta.

   "Toyota Motor dijo que construirá una nueva planta en Baja, México, para construir los autos Corolla para EEUU. ¡DE NINGUNA MANERA! Construya la planta en EEUU si no quiere pagar un gran impuesto en la frontera", había escrito Trump en su cuenta de Twitter.

   

   Este jueves a través de un comunicado, Toyota ha indicado que sigue en marcha la construcción de su nueva planta en Guanajuato (México), cuya construcción anunció el Gobierno mexicano en abril de 2015.

   Además, la compañía japonesa ha detallado que esos planes no afectarán a la inversión de casi 22.000 millones de dólares que tiene en Estados Unidos, "donde tiene diez instalaciones de producción, 1.500 concesionarios y 136.000 empleados, Toyota espera colaborar con la Administración Trump para servir los mejores intereses de los consumidores y el sector del automóvil", ha añadido el fabricante de automóviles.

   Toyota también ha querido destacar que en 2015 exportó a 40 países de todo el mundo más de 160.000 vehículos producidos en Estados Unidos.

   Sobre la planta que tiene en Baja California, Toyota ha expresado que ésta sólo apoya la producción de la planta ubicada en San Antonio (Estados Unidos).

CRÍTICAS

   Los fabricantes de automóviles en Estados Unidos han recibido críticas de Trump por construir vehículos en fábricas de costos más bajos al sur de la frontera, algo que en su opinión afecta al empleo en Estados Unidos.

   Esta misma semana, el presidente electo amenazó a General Motors con imponer un "gran impuesto fronterizo" por fabricar su modelo Chevy Cruze en México.

   Previamente, la compañía Ford anunció la cancelación de una inversión de 1.600 millones de dólares en una fábrica en México para producir algunos de sus modelos. En su lugar, la motriz estadounidense destinará 700 millones a una planta situada en Michigan (Estados Unidos), algo que ha agradecido el propio republicano.