Actualizado 05/07/2015 11:30

ENFOQUE-Tribu peruana aislada, en riesgo por contacto con el mundo exterior y enfermedades

Por Mitra Taj

RIO ALTO MADRE DE DIOS, Perú, 9 de sep, 9 Sep. (Reuters/EP) -

- Seis mujeres de la tribu aislada Mashco Piro corrían agazapadas por la selva tras asaltar un albergue en el Parque Nacional del Manu de Perú, en el lado occidental de la Amazonía. En sus manos llevaban un preciado botín: ollas metálicas.

La incursión diurna en el refugio turístico en mayo fue una rara aparición de una de las tribus más aisladas del mundo, que está teniendo cada vez más contacto con el mundo exterior.

La tribu Mashco Piro se ha enfrentado en el pasado con madereros, cazadores furtivos y otros que invadieron su territorio en la selva, pero los antropólogos dicen que el señuelo de herramientas modernas los tienta ahora más que nunca a acercarse a aldeas remotas y campamentos de turismo.

"Es una revolución tecnológica", dijo el antropólogo Klaus Rummenhoeller, quien ha estado estudiando las tribus amazónicas en Perú desde la década de 1980.

"Imagina que vives en el monte y solo tienes hachas de piedras y luego te dan machetes", agregó.

Sus misiones son peligrosas, ya que los exponen a la amenaza de encuentros violentos con otros pueblos indígenas y a las enfermedades actuales contra las que los cazadores-recolectores tienen poca inmunidad.

Los Mashco Piro han rechazado históricamente a los forasteros, sobreviviendo la esclavitud durante el auge sangriento del caucho en Perú a finales de 1800 y rechazando los avances de los misioneros cristianos en el siglo pasado.

Pero en los últimos tres años han aumentado los avistamientos cerca del Parque Nacional del Manu de los Mashco Piro. Se los ha visto aparecer en unas playas del río Alto Madre de Dios vestidos sólo con taparrabos, y armados con arcos y flechas.

"Su idioma se escuchaba como el sonido que hacen los loros", dijo Guillermina Loaiza, una cocinera del albergue que sorprendió a las mujeres de la tribu mientras revolvían su cocina durante la incursión reciente.

"Pensé que otra agencia de turismo me estaba gastando una broma", afirmó.

La tribu está estimada en no más de 600 miembros y se divide en varios grupos que constantemente se mueven a través de la selva, de vez en cuando construyen refugios provisionales en los bancos del río, en donde excavan para conseguir huevos de tortuga.

El Gobierno de Perú prohíbe el contacto con los Mashco Piro y otra decena de las tribus indígenas denominadas como "no contactadas", sobre todo para su bienestar. Sus sistemas inmunológicos tienen poca resistencia a enfermedades que otros seres humanos llevan.

"Es super urgente porque cada vez están saliendo más, y en una zona muy transitada", dijo el antropólogo del gobierno Luis Felipe Torres. "Cualquier cosa podría pasar", agregó.

AMENAZA DE ENFERMEDAD

Torres dijo que un sacerdote católico y un alcalde de un pueblo local en el este de Perú, cerca de la frontera con Brasil, son algunos de los que han intentado sacar a los Mashco Piro fuera de su escondite con regalos, compadeciéndose de su primitiva existencia.

Las autoridades dijeron que pueden hacer poco para prevenir que individuos ignoren la prohibición de contacto con ellos porque aún no hay una sanción correspondiente.

En vez de eso, y armados con un presupuesto de solo 600.000 dólares anuales, un equipo de Gobierno tiene la tarea de evitar que los Mashco Piro y otra tribus no contactadas puedan sucumbir a enfermedades modernas, esforzándose en disuadir a los forasteros de hacer contacto.

Ya ha pasado antes. En la década de 1980, gérmenes de personas foráneas aniquilaron a la mitad de la tribu Yora, después de que taladores ilegales penetraron en lo profundo de la selva a lo largo de caminos construidos para la exploración de petróleo y gas.

Tres años atrás, el doctor Fernando Mendieta ayudó a prevenir un brote de infecciones respiratorias, que provocó estragos entre un grupo de indígenas semiaislados Machiguenga luego de que un explorador canadiense que buscaba una ciudad perdida de los Incas atravesó su aldea.

Pero Mendieta se mostró cauteloso a la hora de tratar a los Mashco Piro por su reputación de agresividad. Asesinaron a un hombre e hirieron a un guardabosque con flechas en el 2011.

"Yo no voy a ser el primero en darle un inyectable a un Mashco Piro", dijo Mendieta.

El equipo especial del Gobierno está colocando letreros de advertencia para que nadie se acerque a los Mashco Piro, aunque eso podría ser muy tarde para detener una tendencia creciente.

"Tenían que haber puesto los letreros cuando primero empezaron a salir, ahora es tarde", dijo Romeria Rivera, una líderesa de la aldea de Shipetiari, donde las chozas de madera son hechas sobre grandes pilotes para protegerse de las inundaciones.

Para apaciguar a los Mashco Piro, lugareños del poblado cercano de Diamante dejan a veces machetes y plátanos en la orilla del río Alto Madre de Dios, dijo el leñador Henry Bonifacio.

"Una vez dejamos una gaseosa helada,(...) un hombre la agarró, sintió el frío, la soltó y se fue, no sabía que era", dijo Bonifacio.