Actualizado 04/02/2015 19:30

Afectados por el atentado a la AMIA en Argentina temen que no se haga justicia

Sede de la AMIA en Buenos Aires tras el atentado
Foto: REUTERS

BUENOS AIRES, 4 Feb. (Reuters/Notimérica) -

   Anita Weinstein se encontraba en un segundo piso de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, el 18 de julio de 1994, cuando el techo y las paredes se derrumbaron tras el estallido de un coche bomba en la calle.

   Weinstein, desorientada y aterrorizada por los gritos y en medio de la oscuridad logró bajar por los escombros y llamar a su hija para decirle que se encontraba bien.

   Los recuerdos de aquel día volvieron rápidamente a la mente de Weinstein el día que su hija la llamó para darle la noticia de que el fiscal Alberto Nisman, quien investigaba el atentado contra la AMIA, había sido encontrado muerto en su departamento en Buenos Aires con un disparo en la sien.

   "Fue la misma falta de comprensión, como si mi cabeza estuviera en un lugar y mi cuerpo en otro", indicó Weinstein. "Y luego, una vez que pasó, el mismo miedo de que nunca sepamos lo que ocurrió realmente", prosiguió.

   Los supervivientes del atentado contra la AMIA, que dejó 85 personas muertas y 300 heridas, tienen cada vez más dudas de que llegue a resolverse la muerte de Nisman o de que vayan a esclarecerse los hechos que tuvieron lugar en 1994.

   Muchos en la AMIA, que fue reconstruida, se refieren a Nisman como "la muerte 86", refiriéndose a que es uno más de las 85 víctimas que fallecieron en el que fue considerado el peor atentado a un objetivo judío desde la Segunda Guerra Mundial.

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   En una encuesta divulgada la semana pasada, el 72 por ciento de los argentinos dijo que creía que la muerte de Nisman no será esclarecida y el 62 por ciento no creía la versión del Gobierno de los hechos.

   "Esos números pueden parecer altos (...), pero (Argentina) es un lugar con una historia de distintos gobiernos involucrados en aparentes tapaderas", dijo el autor de dos libros sobre historia argentina y decano en la Rice University de Texas, Nicolás Shumway.

"SUICIDIOS" NO RESUELTOS

   La propia Fernández de Kirchner, en un mensaje de 2.800 palabras publicado el pasado 22 de enero en Facebook sobre la muerte de Nisman, se refirió a cuatro "suicidios" relacionados con la política que "nunca se esclarecieron".

   Estas muertes incluyen a un sospechoso en un escándalo de tráfico de armas que involucraba al Gobierno de esa época que, como Nisman, murió de un disparo en su casa en 1998; un empresario y sospechoso clave en otro caso de corrupción encontrado ahorcado el mismo año.

   Uno de los misterios más notorios de Argentina es la muerte en 1995 del hijo del entonces presidente Carlos Menem. Su Gobierno insistió en que fue un accidente de helicóptero. Los años pasaron antes de que Menem admitiera públicamente que creía que su hijo había sido asesinado, por razones que siguen siendo poco claras.

   Con poca fe en el sistema judicial o en sus políticos, algunos en la AMIA prefieren enfocarse en asegurarse que las víctimas no sean olvidadas nunca. Los primeros nombres de los 85 fallecidos están escritos en la pared sumamente fortificada que se encuentra fuera del edificio para protegerlo.

   "Recordar el dolor que no cesa", dice una inscripción. A pesar de todo, Weinstein y otros miembros e la AMIA dijeron que se sentían un apoyo fuerte y generalizado de la sociedad argentina.

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