Actualizado 29/12/2014 11:47

América Latina, clave para lograr la democracia en Cuba

A man sits near graffiti reading
Foto: STRINGER . / REUTERS

NUEVA YORK, 29 Dic. (Notimérica) -

   Durante décadas, los Gobiernos de América Latina han "mimado" el régimen 'castrista' en Cuba, ya que confrontarlo podría haberse interpretado como "un respaldo a la dura política de Washington hacia la isla", pero el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba anunciado este mes abre el camino hacia la democracia en la isla, según ha publicado el diario estadounidense 'The New York Times' en su último editorial.

   Por eso, al cambiar su orientación política hacia la isla, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha logrado -indirectamente- que los líderes de las naciones democráticas latinoamericanas apoyen los principios que activistas cubanos llevan años defendiendo. "Los líderes de las economías más grandes de América Latina, en particular, pueden ser fuertes defensores de los líderes de la oposición de Cuba en la VII Cumbre de las Américas", que se celebrará en Panamá el próximo mes de abril.

   A pesar de la tradicional reticencia de inmiscuirse en los asuntos internos de otros países, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, "deberían apelar de forma inequívoca a los valores democráticos que son acogidos por la mayoría de las naciones de América", según continúa el editorial.

   Por eso, Washington ha pedido que disidentes cubanos y líderes de la sociedad civil participen en la VII Cumbre de las Américas, ya que podría tratarse del primer discurso de los que podrían ser "líderes del futuro" en la isla cubana.

   Durante años, Cuba ha empleado como argumento que la disidencia es traición para mantener un control exacerbado sobre las vidas de los ciudadanos y mantener a los movimientos de la oposición lejos de lograr suficiente fuerza como para amenazar al Estado.

   La era comenzada este mes por el acercamiento entre Obama y Raúl Castro, anunciando el final de más de 50 años de enemistad entre sus dos Gobiernos, es un momento fundamental para la diversa disidencia del Gobierno cubano.

   Como denuncia 'The New York Times', "bajo el Gobierno del partido comunista, los cubanos soportan la austeridad de vivir bajo una economía estancada de planificación centralizada", "su acceso a Internet es muy limitado y censurado", "la prensa oficial de la isla está totalmente subordinada al Estado" y "fuera de los mecanismos rígidos del partido, los cubanos tienen pocas herramientas sustanciales para desafiar a sus líderes".

MOVIMIENTOS POR LA DEMOCRACIA

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   El disidente cubano Oswaldo Payá logró impulsar el conocido como proyecto Varela, que supuso modificaciones en la Constitución, tras recabar más de 25.000 firmas. Como consecuencia, en 2003, las autoridades cubanas encarcelaron a decenas de disidentes y periodistas independientes durante un período de intensa represión conocido como la Primavera Negra.

   En 2010, muchos prisioneros políticos fueron liberados, gracias a un acuerdo en el que medió la Iglesia Católica, a condición de que se trasladasen a España. Sin embargo, Payá murió en un accidente de coche en 2012, que muchos activistas de Derechos Humanos consideraron sospechoso.

   Uno de estos presos liberados fue José Daniel Ferrer, que se negó a abandonar la isla y lidera desde entonces el movimiento Unión Patriótica de Cuba, el grupo de oposición más visible y abierto en Cuba. En una entrevista reciente, Ferrer explicó que durante sus ocho años en prisión pudo reflexionar sobre por qué los movimientos democráticos en Cuba no habían triunfado en el pasado y cómo podrían hacerlo en el futuro.

   Ferrer aclaró que los activistas cubanos "inspiran lástima, no un deseo de seguirlos", por eso, están intentado llegar a la gente con otros discursos, que no sean los de "los perdedores". Aunque para Ferrer, el cambio no debe ser "un derrocamiento súbito", sino que quiere una oposición "lo suficientemente grande como para obligar al régimen a negociar".

   Ferrer asume que se necesitará tiempo para "obtener suficientes cubanos que asuman el riesgo de ponerse del lado de la oposición", ya que "nadie quiere apostar por el caballo que está perdiendo la carrera". Aunque los métodos utilizados contra los disidentes no son tan brutales como lo eran hace una década, siguen existiendo. Los activistas son detenidos cada cierto tiempo para recordarles a ellos y a sus vecinos que están siendo observados.

DEMANDAS LEGÍTIMAS

   Tras el anuncio del acercamiento entre Washington y La Habana este mes, numerosos activistas y líderes de la sociedad civil han emitido una declaración con cuatro demandas que consideran legítimas. En primer lugar, la liberación incondicional de todos los presos políticos, aunque tras su acuerdo, Castro y Obama ya se han comprometido a liberar a 53 de ellos.

   En segundo lugar, exigen a La Habana que cumpla la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que el Gobierno cubano ha ratificado y que incluye su tercera demanda: que el Gobierno cubano reconozca formalmente a los líderes de la sociedad civil que están en desacuerdo.

   Por último, sostienen que el Estado tiene que estar abierto a las reformas constitucionales que conduzcan a elecciones libres y democráticas. Sin embargo, "si Cuba se siente más vulnerable por la avalancha de inversiones, el aumento de los viajes y un flujo menos regulado de la información, podría redoblar sus esfuerzos para reprimir a la disidencia".

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