Publicado 04/11/2015 23:12

Argentina y Brasil colaboraron "al más alto nivel" en el Plan Cóndor

Protestas en Bolivia contra el 'Plan Cóndor'
REUTERS

   BUENOS AIRES, 4 Nov. (Notimérica) -

   Argentina y Brasil conformaron un binomio represivo durante sus respectivas dictaduras que colaboró "al más alto nivel" para intercambiar información dentro del entramado del Plan Cóndor, que unió a las dictaduras del Cono Sur en la década de los 70 y los 80.

   El último de los alegatos presentados por la Fiscalía a cargo de Pablo Ouviña, que litiga en el proceso judicial en Argentina que pretende conseguir la primera sentencia en Sudamérica contra el Plan Cóndor, contempla la asociación ilícita de Brasil y Argentina para secuestrar, torturar y hacer desaparecer a víctimas en ambos países.

   Se cree que los alegatos de la defensa durarán un par de semanas, y los más optimistas esperan la histórica sentencia para comienzos de diciembre, ha informado el portal argentino Infojus.

   En un extenso caudal documental, el fiscal comprobó que además de compartir información, ambos países colaboraran para liberar diferentes zonas para que los represores argentinos viajaran, secuestraran y repatriaran a las víctimas "sin dejar rastros en la burocracia oficial".

   Por ejemplo, los tres argentinos miembros de la organización guerrillera de Montoneros Mónica Susana Pinus de Binstock, Horacio Domingo Campiglia y el Norberto Armando Habegger fueron secuestrados durante la dictadura en Río de Janeiro. "La captura y desaparición de los opositores políticos fue un objetivo común de los regímenes dictatoriales", agregó Ouviña.

   Según el fiscal, Brasil no dejó de ser un lugar para exiliados argentinos --se promulgó una ley de amnistía para "los perseguidos políticos"--, cuyas organizaciones fueron "infiltradas" como también "las organizaciones políticas que organizaban diferentes formas de resistencia a la dictadura".

EL CASO

   El juicio, que se inició en 2013, tiene 18 acusados por su intervención en crímenes de lesa humanidad y se desarrolla en dos causas: la de la 'Operación Cóndor' y la de los crímenes que se cometieron en el centro clandestino de detención y tortura Automotores Orletti de Buenos Aires, que estuvo activo durante la dictadura argentina y del que se conocen los casos de 174 víctimas.

   Para la investigación se han examinado documentos de embajadas, servicios de inteligencia, agentes secretos y archivos de diferentes países.

   Uno de los alegatos de la Fiscalía contempla el aspecto fundamental de que la 'Operación Cóndor' nació de la una idea "no real" sino "una construcción ideológica" que partía de la "hipótesis de existencia de una Tercera Guerra Mundial".

   Según Ouviña la 'Operación Cóndor' se caracterizó por "un momento previo" de relaciones bilaterales que comenzaron en 1973 y que el recientemente fallecido jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) de Chile Manuel Contreras definió como "la era de los 'acuerdos de caballeros'".

   El plan se consolidaría más tarde el 28 de noviembre de 1975 con una firma en una reunión de tres días en Santiago y en 1976 comenzó su etapa madura, ya que el golpe de Estado en Argentina favoreció su consolidación.

   Más tarde, Brasil se incorporó "formalmente" y a finales de 1976 la sede del plan se trasladó a Buenos Aires. En 1978 ingresaron Perú y Ecuador, que ya se sumaban a Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

   Otras pruebas de gran importancia son el Archivo del Terror de la dictadura paraguaya y los archivos de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, desclasificados para este juicio. En estos últimos, de forma explícita, se menciona a la 'Operación Cóndor' como el nombre en clave de "un acuerdo de cooperación entre los servicios de inteligencias de América del Sur para eliminar las actividades terroristas marxistas en el área".